El Museo Picasso Málaga responde al deseo de Pablo Picasso de que su obra estuviera presente en la ciudad en que nació el 25 de octubre de 1881. Su creación se debe a la voluntad compartida de Christine y Bernard Ruiz-Picasso, nuera y nieto del artista, cuyas donaciones constituyen el núcleo de los fondos del Museo, así como de la Junta de andalucía, que articuló un gran proyecto museístico consagrado al artista cuyos estilos y técnicas cambiaron el curso del arte moderno.
La idea inicial de este Museo nació en 1953 de los contactos entre Pablo Picasso y Juan Temboury Álvarez, Delegado provincial de Bellas Artes de Málaga, y queda frustrada poco después.
Christine Ruiz-Picasso, viuda de Paul Ruiz-Picasso, hijo mayor del artista, retomó los contactos con Málaga en 1992 con motivo de la exposición Picasso clásico y en 1994 con la exposición Picasso, primera mirada. En 1996 reinició el proyecto de 1953, que se hizo finalmente realidad 50 años más tarde, el 27 de octubre de 2003, cuando el Museo Picasso Málaga fue inaugurado por Sus Majestades los Reyes Don Juan Carlos I y Doña Sofía.
Ocho décadas de arte
La Colección MPM transmite el rigor y la capacidad creativa de un artista imprescindible para comprender la historia del arte occidental. El conjunto de obras, realizadas entre 1892 y 1972, abarca las innovaciones revolucionarias de su trayectoria, así como la amplia variedad de estilos, materiales y técnicas que dominó.
El recorrido por las salas del Palacio de Buenavista aborda temáticamente cuestiones que conforman aspectos relevantes en el legado artístico de Pablo Picasso. Su relación con Málaga, la versatilidad de su talento creador, la sensibilidad por la desigualdad, la importancia en su pintura del círculo de personas íntimas y de lo cotidiano.
Del mismo modo, refleja el protagonismo histórico que tuvo como creador del cubismo y la invención de imágenes síntesis de múltiples perspectivas formales pero también conceptuales. Su forma de mirar los temas clásicos de la historia de la pintura, como el retrato, el bodegón, el paisaje, el desnudo. Así como la profunda relación de respeto, inspiración y antagonismo que mantuvo con grandes maestros.
Otros espacios se refieren al estudio del artista, lugar físico y mental, que se transforma en escenario privilegiado donde se relatan relaciones de curiosidad, veneración, deseo, ironía, violencia u odio entre el pintor y la modelo, de reflejo entre quien mira y quien es mirado. O a su extraordinaria capacidad para descubrir procedimientos e inventar soportes innovadores para la historia de las artes visuales.