Adosado intramuros al lienzo oriental de la muralla, se trata de una sala rectangular en dos alturas, la inferior abovedada, y la superior con cubierta de madera. Construido a finales del S.XII, formaba parte de un edificio conocido como Palacio Viejo, Palacio del rey Niño o Palacio Episcopal. El Episcopio sería la sala de sínodos del palacio episcopal.
Supone el único edificio civil de época románica conservado en la ciudad. Utiliza granito "caleño" sangrante en el acceso, en arco de medio punto, y en las ventanas abocinadas de la fachada principal.
De propiedad municipal, tras su restauración, tiene un uso cultural.