TEA Tenerife Espacio de las Artes, promovido por el Cabildo de Tenerife, es una obra de los arquitectos suizos Jacques Herzog & Pierre de Meuron y del canario Virgilio Gutiérrez. Esta nueva superficie cultural, que fue inaugurada en octubre de 2008, alberga diversas salas de exposiciones, una gran biblioteca y el Centro de Fotografía Isla de Tenerife. Se trata de una idea innovadora no sólo para la Isla sino para toda Canarias, pues se trata de una infraestructura cultural sin precedentes en el Archipiélago, con una decidida vocación contemporánea de aglutinar el arte generado por los nuevos cambios tecnológicos de nuestra sociedad.
La edificación de TEA Tenerife Espacio de las Artes posee aproximadamente unos 20.622 metros cuadrados construidos. Se encuentra situada en el rehabilitado casco antiguo de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, al margen derecho del Barranco de Santos, entre el mercado de la Recova y la Iglesia de la Concepción, junto al Museo de la Naturaleza y el Hombre. Su diseño propicia la apertura hacia el exterior de sus espacios interiores, aportando luz y dinamismo a todo el conjunto y conectando el barrio antiguo de la ciudad con la zona moderna: la Santa Cruz histórica con la del siglo XXI. Además, el centro cuenta con distintas zonas comunes: salón de actos, tienda, cafetería y una plaza semicubierta.
El Cabildo de Tenerife, con la colaboración del Gobierno de Canarias, apostó por crear este nuevo espacio destinado a producir inquietudes y propiciar la creación artística, la reflexión y el pensamiento sobre el mundo actual. Se pretende que sea un referente cultural para nuestro arte contemporáneo, un espacio atractivo y envolvente para el público, que sea capaz, a su vez, de generar una amplia repercusión social y mediática, no sólo por sus actividades, sino también por la propia concepción del edificio como un espacio accesible, cercano, vivo, dinámico y participativo que se convierta en un centro de encuentro. En definitiva, TEA Tenerife Espacio de las Artes es un espacio integrador para las artes.
TEA Tenerife Espacio de las Artes se está convirtiendo en un nuevo y animado lugar para gente de todas las edades e intereses. Para lograrlo se ha desarrollado un concepto arquitectónico en el que las diversas actividades y espacios del centro se fusionan y confluyen entre sí. Se puede acceder al centro por todos los lados. Una nueva vía pública atraviesa diagonalmente el edificio conectando la parte superior del puente Serrador con la orilla del Barranco de Santos. En su descenso este camino se ensancha y se transforma paulatinamente en un espacio triangular semicubierto en el mismo corazón del centro cultural. Esta nueva zona es utilizada como una plaza pública.
La función principal de la plaza, sin embargo, es la de conducir al público al interior del edificio y proporcionar una buena orientación a todos los visitantes. El hall de entrada está concebido como continuación espacial de la plaza. Acoge generosamente la cafetería del museo y las taquillas. Al pasar las taquillas, hay una amplia escalera que conecta con la planta superior e inferior del museo. En la planta superior hay salas de distintos tamaños inundadas de luz natural y que se adaptan a los requerimientos especiales tanto de la Colección como de las distintas exposiciones temporales. Todos los espacios del museo cuentan con una climatización y equipamiento de última generación. La altura del techo en ambas plantas alcanza los 6 metros o los supera.
Al atravesar la plaza, los visitantes quedan sorprendidos por los espacios inundados de luz de la biblioteca. La plaza pública atraviesa literalmente la gran sala de lectura. Las amplias cristaleras permiten la mirada al interior y al exterior del generoso espacio abierto de la biblioteca.
El tipo de edificio diseñado para TEA Tenerife Espacio de las Artes se basa en los patios. Los patios alargados son importantes en varios aspectos: proporcionan luz natural, vistas y orientación a los visitantes y usuarios de los espacios del museo y de la biblioteca.
Desde el inicio del proceso de diseño los arquitectos trabajaron con los patios, también porque quisieron conectar tipológicamente el nuevo Centro con su edificio vecino, el Antiguo Hospital Civil, posteriormente convertido en el actual Museo de la Naturaleza y el Hombre. Sin embargo, tardaron tiempo en comprender que las diversas actividades y funciones del centro debían reunirse bajo un mismo tejado continuo, en lugar de dividirlo en alas individuales. Esta es también una de las razones por la que los patios alargados ya no aparecen como espacios exteriores que se han incorporado, sino más bien como espacios interiores que se han dejado abiertos. La interacción espacial entre interior y exterior integra más que separa los diversos paisajes urbanos. Este centro cultural, por lo tanto, no sólo es un lugar del encuentro para la gente sino también un lugar de intersección para el paisaje de la ciudad contemporánea, el casco antiguo con su silueta a lo largo del barranco y la topografía arcaica del propio barranco.