Gente como una

Nos reflejamos en la imagen humana o animal, y por un instante nos reconocemos en ella: el llanto de un bebé es un pequeño viaje a la propia infancia, el dibujo de un perro que se rasca despierta en nuestros recuerdos ese mismo placer. Con una frontera tan estrecha como es la piel, llegamos un poco más lejos por medio de la empatía, que es una manera de multiplicarse.