El gesto plástico, ese tema recurrente en la obra de Naso -y que él considera la unidad básica del lenguaje pictórico- sigue siendo una constante fuete de inspiración por su enorme capacidad expresiva; sin embargo en esta muestra nos sorprende con una mezcla de registros aparentemente inconexos, pero que si se contemplan desde la aproximación al proceso creativo del autor, se descubre que guardan una relación de causa efecto muy evidente, y nos invita a hacer un viaje estimulante y muy emocionante desde la abstracción hacia lo surreal.Naso siempre ha dicho que la realidad es abstracta. "Si nos salimos de nuestra limitada escala física, las formas pierden perceptualmente su significado convencional y se ofrecen como abstractas".
En la serie Condensaciones el gesto plástico se aproxima a la realidad con accesos a la figuración, fruto de la pasión que el artista siente por el paisaje, temática siempre presente y prolífica a lo largo de su producción.
Condensados quedan los trazos, creando unidades abstractas de significado pero muy sugestivos cuando se miran de cerca. Cuadros dentro del cuadro que invitan a inventar con la imaginación, a descubrir cada día algo nuevo, a seguir mirando, y seguir disfrutando.
Y en este punto, en la efervescencia de ese estado de ánimo, es cuando Naso salta apoteósico al plano de lo surreal sorprendiéndonos esta vez con sus Ornamentos. "Todo artista siente en algún momento la necesidad de exteriorizar el sentimiento surreal de su existencia".
Y cuando le preguntamos por este nuevo lenguaje nos responde refiriéndose al polisémico título de la exposición: La revelación del gesto. "El arte es también polisemia, que se ofrece al observador, abierto, lleno de alternativas, libre y honesto".
Una ocasión más para conocer a este autor, que se prodiga poco pero que nunca deja indiferente. Una exposición de pintura, o de cuadros pintados más bien, que juegan con el espacio y se agarran al tiempo, desde aquellos lugares comunes reinventados por un sueño constructor de mil matices.