UNA SELECCIÓN DE OBRAS QUE PERMITEN ANALIZAR TRES MOMENTOS FUNDACIONALES DEL ACTO DE CAZAR: EL DISPOSITIVO, LA CAPTURA Y LA HUELLA. 

A lo largo del desarrollo del medio fotográfico, la relación entre la cámara y un arma de fuego se ha expandido más allá de la dimensión puramente tecnológica del dispositivo, y ha convertido el poder oscuro y fascinante de la mirada mortífera de la fotografía en un topos en el arte hasta hoy en día.

Tomando la noción de fusil fotográfico de Étienne Jules Marey como punto de partida, este proyecto expositivo indaga en el paralelismo entre cámara y disparo para analizar las formas de captura y aprehensión de la imagen en las prácticas artísticas contemporáneas. 

La muestra se centra en el triple eje que construye el ejercicio de la mirada como estrategia predatoria: la presencia de un dispositivo de observación y captura, las implicaciones discursivas del disparo y la distribución y consumo de estas imágenes. La exposición reúne un conjunto de obras heterogéneas –desde los medios más tradicionales como la pintura, la fotografía y el registro documental hasta las instalaciones sonoras, el videoarte o la performance– de artistas como Dara Birnbaum, Bleda y Rosa, Harun Farocki, Kristin Oppenheim, Gabriel Orozco, Javier Peñafiel, Sophie Ristelhueber, Simeón Saiz Ruiz y Jeff Wall, entre otros.

Comisariada por Arola Valls y Ada Sbriccoli, es la primera exposición de la tercera edición de Comisart, el programa de apoyo al comisariado emergente.