Teles Hernández presenta así la exposición de Borja Arratibel:
"La obra de arte no busca siempre el placer y el goce de quien la contempla, aunque esto sea, por lo general, lo que el espectador espera. En multitud de ocasiones la finalidad del artista es muy otra, y su obra, en lugar de ser una fuente de gozo, es un grito, un martillo, un látigo para fustigar y quien la contemple despierte y reflexione".
"Y es eso concretamente lo que Borja Arratibel busca y nos ofrece en esta exposición, Jendea eta jendilajea. En ella nos hace una invitación a la reflexión a partir de un mundo de figuras grotescas. Es un mundo de gente que le asfixia y que él hábilmente representa con breves trazos y escaso color, unas veces con ironía y otras con toda la crueldad que el tema ofrece".
Sala Antigua.