Las perspectivas adoptadas para el presente proyecto son fundamentalmente dos: el uso lúdico de los espacios públicos –con la consiguiente proyección en el universo digital–, y la economía y el reciclado de imágenes. Lo que Jon Gorospe propone tendrá como resultado material una exposición conformada por una serie de piezas visuales destinadas a retratar las grandes urbes. Las imágenes han sido tomadas a partir de la aplicación “Streetview” (de Google) y de “Total View” (de su homólogo chino Baindu). Las imágenes servirán también para la composición de grandes mosaicos: densos entramados de imágenes dispuestas en cuadrícula. La formalización del proyecto contará, en tercer y último lugar, con la edición de varios tomos–idénticos en su diseño y encuadernado– que reforzarán la idea de archivo, de documento antropológico.
UN PASEANTE EN LA ERA DE LOS MAPAS DIGITALES
Uno. El territorio y el mapa: las herramientas La forma en que entendemos y experimentamos la geografía de nuestras ciudades ha cambiado sustancialmente en los últimos diez años. Los responsables de esta modificación han sido los mapas y callejeros digitales que aplicaciones como Total View de Baidu y Street View de Google han vuelto tan comunes. Mapas que no se despliegan, pues el pliegue ha sido sustituido por cadenas compactas de ceros y unos que son traducidas a píxeles en las pantallas. Mapas que funcionan como archivos gigantescos, cuyas dimensiones resultan, en más de un sentido, inmanejables, disuasorias. Metropolis es el producto de no achicarse ante este exceso, de entrar en él y salir de nuevo con una obra material, tangible, analógica.
Dos. De vuelta a la materia: los libros y los mosaicos El resultado son diez grandes mosaicos y diez libros. Cada mosaico –y cada libro– contiene ciento veinte imágenes de una gran ciudad. Diez megaciudades, diez ciudades famosas, diez ciudades que la fotografía callejera del siglo XX convirtió en sus escenarios predilectos. Diez ciudades, por qué no decirlo, míticas. El proceso seguido por Jon Gorospe ha sido exhaustivo y fiel, y puede resumirse como sigue: seleccionar una ciudad,abrir su mapa, recorrer virtualmente sus calles y tomar impresiones de pantalla de lo que ya ha sido fotografiado antes. Fotos de otras fotos, paseos de otros paseos anteriores.
Y tres. Las derivas del nuevo paseante Metropolis entraña también un homenaje y una crítica. El homenaje es a la figura del flâneur. Un homenaje que se extiende a algunos de los fotógrafos que de manera más tenaz han documentado estas ciudades a lo largo del siglo pasado. La crítica va dirigida contra la fotografía callejera de nuestro siglo, el XXI. Cuando todas las imágenes están siendo tomadas en todos los momentos, la labor documental se problematiza y se desplaza. El documentalista será quien revise los tumultuosos archivos ya disponibles, elija y extraiga. Pues es la extracción la que otorga valor a las imágenes. El fotógrafo es ahora, más que nunca, un antólogo, un flâneur sumergido en una imponente masa de imágenes a la deriva. Si la ironía comienza con la conciencia de los recursos de que se dispone, nos encontramos sin duda ante un trabajo deliberadamente irónico. Una ironía que trae de nuevo la pregunta sobre qué puede ser lo contemporáneo, pregunta que Jon Gorospe asume ya la que intenta dar aquí una contundente respuesta.
Rubén Ángel Arias
Jon Gorospe, graduado en Arte en la EASD de Vitoria, Vilnius Faculty of Artsen Vilnius, Lituania. Proyecto final en Malta. Complementó su formación artística estudiando fotografía/arte con autores como: Pep Bonet, Juan Valbuena, José Muñoz, Matías Costa, David Jiménez, Xavier Rivas, entre otros. Ha obtenido diversos premios y becas.www.jongorospe.com