Comisariada por Noemí Méndez.
«Drink me» o «Bébeme» –en la versión española– es lo que pone en el bote del que bebe Alicia en el cuento de Lewis Carroll para variar su tamaño y poder acceder a lugares desconocidos.
La narración de Carroll, cargada de matices psicológicos y filosóficos, se adentra en el subconsciente humano sumergiéndonos en mundos de ensueño, que a veces terminan tornándose en pesadillas. El pretexto del personaje infantil, que se llena de valor –o inconsciencia– para sumergirse en aventuras desconocidas, nos sirve para asumir el yo protagonista y espectador de esta exposición. Al igual que Alicia, cualquier individuo debe tomar la decisión de hacerse grande o pequeño ante las situaciones, los lugares que lo contienen, naturales o artificiales, o ante sus propios miedos, sueños y anhelos. Las imágenes que componen la muestra giran en torno a esa dualidad de deseo y terror ante lo desconocido. Los artistas elegidos para este discurso perfilan con sus obras escenarios y matices cargados de misterio, con una tremenda tensión entre la realidad y la ficción, que nos dejan entrever parte de su subconsciente y del subconsciente común a todos nosotros.
La muestra que se presenta para el DA2 nos sumerge mediante las obras de fotógrafos contemporáneos en todos esos paraísos artificiales, arquitectónicos, o naturales en los que se mueve el individuo. Introduce al visitante en el planteamiento psicológico humano de que tener que decidir sentirse superior y expandido o realmente pequeño, como una miniatura ante la grandeza que le acoge.
El carácter “escenografiado”, casi teatral, de todas las imágenes de la exposición es un nexo común a una gran parte de los fotógrafos contemporáneos, pero la escenografía, a pesar de ser imaginada, existe, no solamente en la mente del creador, sino en la realidad común, capaz de materializarse bajo las composiciones-instalaciones de todos ellos.