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del arte
   
 
Presencia de Pepe Núñez
Presencia de Pepe Núñez
Exposición homenaje a José Núñez Larraz (1916-1995)
Exposición
Hasta el 24 de septiembre
 
  DA2 Domus Artium 2002
Av de la Aldehuela, 27
37003 Salamanca 
web: www.domusartium2002.com/
 

Comisariada por Victorino García Calderón.

José Núñez Larraz (1916-1995)

Somos muchos los que le debemos a Pepe (así le llamábamos coloquialmente) todo o casi todo lo que somos artística y fotográficamente hablando, su paciencia con nosotros y su dependencia de un vehículo ajeno para “salir a hacer fotos” hicieron que aquellas “quedadas” de entonces, a caballo entre la dictadura y la transición, formen parte de nuestra memoria que no se ciñe exclusivamente a consejos técnicos, Pepe no era de los que adoraban los aparatos ni, por supuesto, de los que se pasaban horas hablando de marcas y modelos de cámaras, objetivos, fotómetros y otras zarandajas.

Un día se levantaba, miraba por la ventana de su casa frente a su querido Campo de San Francisco, tomaba el teléfono y te llamaba: “Hoy ha nevado y tenemos que ir a Doñinos antes de que se derrita”, “hay que ir temprano porque las primeras luces son las mejores”.

Pepe cogía su cámara, subía al coche y en el trayecto, entre chiste y chiste, nos dirigía la mirada hacia donde él la ponía, buscábamos un altozano desde el que poder observar la interacción del hombre con la naturaleza, la Mesa del Carpio, Los Arapiles o la atalaya de la Armuña desde la ermita de Monterrubio eran sus sitios preferidos, desde allí impartía su magisterio, desde allí nos enseñó a mirar, a deleitarnos con el juego de la luz con las texturas y colores de las tierras salmantinas. Al cabo de unos días, íbamos por su librería, seleccionábamos las mejores fotos de la última salida realizada y allí, en el sosiego, concluía la lección: “corta por aquí” “ le sobra esta parte” nunca fue devoto de mantener los formatos originales y allí aprendimos a encuadrar y componer, no solo las fotos, sino nuestra mirada.

En esta muestra es seguro que no estamos todos los que le debemos algo, pero los que estamos tenemos la certeza de haber compartido esos momentos en los que Pepe nos abría ojos y horizontes y no sólo físicos.

Lo que mostramos aquí no pretende ser un resumen de las singladuras personales que hemos seguido a partir de su ausencia, es sencillamente un reconocimiento de que somos deudores de su magisterio. Un recorrido por la muestra revelará la diversidad de cada uno de nosotros, a la par que proclamará que somos discípulos de un maestro inigualable.

 
 
 
 
Museo Lázaro Galdiano