Miguel Linares nace en Málaga en el 69. Su formación es autodidacta lo cual se me antoja como una auténtica declaración de intenciones ya que, desafortunadamente, las escuelas, no suelen ser demasiado amigas de que la imaginación de sus alumnos galope libremente. Ya de niño, Miguel Linares, se sintió atraído por el dibujo y la pintura como medios a través de los cuales podía plasmar la emoción y el interés que despertaban en él la contemplación de la luz, las formas y los colores circundantes.
El talento tiene mucho de innato y opino que, esta temprana sensibilidad o necesidad de aprehender lo que a la mayoría de los niños de su edad les pasaba desapercibido, resulta clave para poder dar rienda suelta a su posterior vocación. Por mucho que algunos les pese, la experimentación no es un valor en sí mismo y este joven pintor malagueño lo sabe muy bien: lo que él hace es ofrecer su propia versión del realismo introduciendo elementos o técnicas propias del collage, y jugando sabiamente con las texturas para tratar de regalarnos un punto de vista nuevo.
En la obra de Miguel Linares predominan los paisajes urbanos plasmados en el lienzo a través de una equilibrada mezcla de realismo y abstracción. En su pintura, el motivo del cuadro conserva su esencia y resulta a todas luces reconocible pero, al mismo tiempo, de una manera elegante y poco forzada, la abstracción penetra en el lienzo mostrando una visión del lugar que se torna de inmediato en una visión subjetiva, rompedora: la visión del propio pintor.
Francisco Daniel Medina