En su último trabajo Torices se centra por completo en el mar. La fuerza del agua como reflejo de las emociones y escenas suspendidas en las que solo la luz aporta una noción de tiempo. A diferencia de series anteriores donde la ciudad mantenía el vínculo entre la naturaleza y la construcción humana, en su última obra Torices desdibuja la acción humana en barcos casi imperceptibles, para centrarse en la carga emotiva, el poder y los diferentes efectos que el mar genera sobre nosotros.