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Siempre inquietante y tambien siempre atrayente. La obra de J. L. Jardi posee una intensa fuerza interna; sabe crear una atmosfera especial, muy especial, nacida en el silencio, en el tratamiento, en el espacio, incluso en la ausencia de la figura aun cuando en muchas ocasiones esta presente. Sus personajes son espectadores que contemplan, ensimismados, la realidad que Jardi plasma. Quietud, espacio e incognita. Posiblemente lo que Jardi pinta es el futuro, lo que sucedera; plantea una escena y crea un interrogante. ¿Que rumbo tomaran los acontecimientos? Diferentes posibilidades se ofrecen, sera el destino quien decida. Y por el momento que la fuerza interna de la obra, siempre bien desarrollada tecnicamente.
J. Llop S.
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