Ramon Pujol (1947) redescubre un hilo de coherencia y asimismo, de diversidad e innovacio?n en la permanencia esencial, que parece ser una de las fuerzas dominantes en la produccio?n del pintor.
Obra la suya, de una simplicidad aparente por el frescor esponta?neo de la pincelada, pero que encierra un estudio profundo de los valores esenciales de la pintura, producto de una decidida vocacio?n y de un dominio de oficio depurado y sobrio. El saber esta? en la rai?z de sus obras, sabe el punto justo de enfoque y posee algo que no se aprende en ningu?n sitio, que es el perfecto equilibrio del color.