La obra de Jose Ladrón de Guevara se desarrolla a través del dibujo hiperrealista de figura humana con un sentido humanista y espiritual. Dibujos realizados en blanco y negro con una técnica combinada de carboncillos, lápices grasos y lápices de grafito que posibilitan el máximo detalle, matices y negros profundos, y pinturas realizadas al óleo.
Las figuras humanas que están bañadas en agua y jabón con una iluminación de estudio que realza los brillos del agua y crea una atmósfera de claroscuro íntima y mágica. La conciencia y la regeneración se expresan a través de la energía desbordada del agua al impactar sobre la figura, acentuada por los efectos de la espuma de jabón, y que juntas crean un juego de formas complejas y muy plásticas.
Toda una coreografía de formas físicas que trata de expresar un mundo no físico e invisible para nuestros ojos. El mundo formado de nuestras emociones, recuerdos, anhelos y frustraciones tanto conscientes como subconscientes. Un mundo ignorado debido a nuestro estilo de vida frenético y competitivo, en el que nadie nos enseña a como gestionarlo, y por ello resulta misterioso e inquietante.