Eva Fábregas (1988, Barcelona) presenta una serie de trabajos multidisciplinares en los que reflexiona sobre el potencial intrínseco del nomadismo como alternativa vital. Partiendo desde este punto se generan juegos de estructuras habitables y desplazables, en ocasiones autónomas, que pueden llegar a arse en el terreno. Mediante estos artefactos, Fábregas realiza una investigación en torno a nuevas formas de habitabilidad. Estas estructuras y objetos evocan cierta cercanía visual a los postulados de grupos como Memphis, en el cual existía una intención clara de cuestionar los valores establecidos que el diseño implica, y cuyos cánones estaban instaurados en la sociedad, determinando en gran medida tanto el entorno inmediato de sus moradores, como su comportamiento.
En sus últimos trabajos, Angela Cuadra (1978, Madrid) ha centrado su práctica artística en profundizar en los cambios de vida que se produjeron a partir de las revoluciones industriales, introduciéndose en muchas ocasiones en los campos de la arquitectura y el diseño que durante esos períodos atravesaron un momento de especial relevancia. Desde este planteamiento Cuadra cuestiona ciertos modelos estéticos, revelando sus vínculos respecto al estilo de vida de las sociedades en las que se enraizaban. Poniendo en cuestión la intención e intereses que existían tras estas nuevas consignas que regían las nacientes sociedades de consumo, la artista plantea nuevos modelos de habitar.
Para este proyecto, la artista se refiere a como la pintura del renacimiento y concretamente los motivos Grutescos, que tras su aspecto decorativo tenían una irreverente actitud, se enfrentaban de forma sutil a los cánones establecidos. En sus pinturas, Cuadra mezcla diversas técnicas y referencias que plantean un recorrido por la historia, mientras que la aparente desconexión entre los recursos de los que se vale desencadena la incógnita de esta búsqueda.