La exposición, que está en la sala Ganbara del Koldo Mitxelena, nace de su atracción y pasión por China y está inspirada en los diversos viajes que ha realizado al país. Está compuesta por veinte pinturas hechas sobre rollos especiales chinos que poseen un lenguaje propio y personal. En el proceso de creación, la artista ha empleado tinta china, acuarelas, lápices negros y carboncillo, pasteles de colores y en alguna ocasión nogalina, para terminar el proceso con un fijador.

En estas pinturas, Dasnoy ha logrado una abstracción total, creando unos poemas pictóricos y unos ritmos musicales que permiten al espectador sumergirse en un viaje de ideas, músicas y sensaciones. Así, la exposición muestra la dicotomía filosófica, con referencia al filósofo Horacio, de que la pintura es poesía muda y la poesía es una pintura que habla.

Sobre la artista

Martina Dasnoy cursó sus estudios de Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid y, desde entonces, el interés de la artista se ha centrado en la práctica artística de la pintura, escultura, dibujo del natural, obra gráfica en grabado calcográfico, litografías y serigrafías.

Dasnoy ha estado siempre rodeada de música. Su madre tocaba el piano, su padre el violín y ella estudió clarinete, llegando a participar como concertista. Su pasión por la música se ha reflejado en todos sus trabajos, dotando a sus obras plásticas de ritmos suaves, ondulantes y melódicos.

En la trayectoria de Martina Dasnoy hay que destacar su paso por Arteleku, en especial, su participación en los talleres con José María Mezquita y los de litografía con Don Herbert, además de sus grandes períodos de trabajo en la Asociación Artística de Gipuzkoa.