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Paisaiaren murmurioa - Cuando el paisaje habla
Paisaiaren murmurioa - Cuando el paisaje habla
Exposición
Hasta el 30 de mayo
 
  Koldo Mitxelena Kulturunea. Sala de Exposiciones
Urdaneta, 9
20018 Donostia / San Sebastián (Gipuzkoa)
web: kmk.gipuzkoakultura.net

El Romanticismo irrumpe con fuerza cambiando por completo, entre otras cuestiones, el concepto de paisaje.  Emoción e intuición frente a la razón neoclásica; naturaleza desbordante, de caos, de ruinas y de desastres frente al orden, la contención y la racionalidad del Neoclasicismo.

En esta exposición Paisaiaren Murmurioa/ Cuando el paisaje habla  se siente  que el paso del tiempo no se percibe hasta que éste ha transcurrido. El abanico de múltiples miradas hacia el paisaje, a la vez que las reflexiones que de ellas se derivan se exponen a través de las diferentes propuestas y procesos de los siguientes artistas seleccionados.

El acuñado término literario de locus amoenus, como lugar idílico y ameno sugiere la existencia de una Naturaleza edénica, de paz y de sosiego: la de un paraíso. Pero también existe el locus horrendus: lo sombrío, el enigma y misterio inquietante del bosque, lo recóndito y desconocido, lo subterráneo y abismal, lounderground, el límite ilimitado, los paisajes silenciosos, los desastres etc. 

En esta última década  hay que subrayar que la tecnología digital ha cambiado de forma singular nuestras vidas y el arte también se ve inmerso en esta nueva modalidad en la que el orden y lo racional  lo implanta la tecnociencia y lo global.

La incertidumbre está presente en el paisaje de la artista Iranzu Antona (Pamplona, 1979) y esto lleva al espectador a reflexionar.  Por una parte, produce  cierta inquietud y por otra, se adentra en el mundo de lo recóndito, de los lugares no accesibles, enmarcados en el límite.  Desde el tratamiento del análisis, en el que prima la esencia, aparece lo salvaje, la naturaleza tal cual y con ella el esplendor de su fuerza.

La perfecta unión entre poesía y paisaje, dentro de la escultura poética,  alcanza dosis de gran lirismo en las obras de María Cueto, (Avilés, 1960) artista que construye unos paisajes, verdaderos poemas plásticos, compuestos de pequeños fragmentos del mundo. Estas obras dibujan en el aire grafías en suspensión y sutiles movimientos, inmersos en una naturaleza de calma y sosiego, de silencio y  paz, con un  aura oriental y gran carga a su vez, de melancolía.

Un universo en  constante proceso de experimentación que logra un paisaje creativo muy personal,  compuesto también por fragmentos de la propia naturaleza, con referencias del mundo vegetal, de líquenes, de musgos, de lo micro, a la búsqueda incesante de nuevas cartografías y mapas que se convierten en verdaderas  sinfonías musicales es el que muestra Arantxa Guereño (Donostia, 1955). La artista sumerge al espectador en una naturaleza abstracta, reiterativa, también muy poética, de paraísos edénicos, de follajes boscosos, coloristas, de juegos y de  formas muy estructuradas,  tanto orgánicas como  geométricas.

El artista multidisciplinar Álvaro Matxinbarrena (Donostia, 1958) presenta con su vídeo la incorporación al paisaje de su propia experiencia vital, sus reflexiones, sus propias interferencias-referencias, las  relaciones con determinados objetos  que conforman la inclusión de un personal bodegón o naturaleza muerta. Un viaje interior y autobiográfico, en el que hay cabida para alguna de las pasiones personales del artista, donde también el paisaje se convierte en paraíso inquietante y  en el que juega un papel importante la singular  música compuesta por Ibon Errazkin.

Hay una constante que recorre muchas de las obras de estos artistas presentes en esta exposición. Por un lado el tema de la desaparición, del cambio continuo, porque es imposible que el tiempo se detenga, por lo que  la evocación de la muerte, siempre al acecho subyace  agazapada.

Ese paso del tiempo se vislumbra también  en esas fotografías heladas de la artista Pilar Soberón (Lasarte,  1971), tanto en el sentido intrínseco, de las gotas de hielo que contienen, como en el figurado, congeladas en el tiempo,  obras que  nos trasladan al concepto de abismo, a la sima, al trou, a la simbología de la boca y a la de  una naturaleza, a veces devoradora y con un gran símbolo latente de lo femenino.

Donde no hay ruidos, ni sonidos, pero sí ritmo es en la obra generativa, construida a sí misma, programada dentro del software art y que,  configurada al modo de un algoritmo, proyecta en el techo un paisaje geométrico, de múltiples variables, en un devenir constante, infinito, realizado por el artista Jaime de los Ríos (Donostia, 1982), fundador de Arte y Ciencia, Artklab con el cual nos adentramos en visiones tecnológicas más recientes.

Las fotografías de Iñigo Royo (Donostia, 1962) están ligadas como gran parte de su trayectoria artística a la seriación, reiteración y a determinadas  referencias literarias. Su obra está plagada de complejas paradojas, al intentar plasmar lo irrepresentable como el paisaje desértico del vídeo, en el que se insiste más en lo auditivo que en lo visual. La grandilocuencia de determinadas palabras, gracias al buscador google earth se convierten  repentinamente en lugares, en sitios concretos.

Ciertas evocaciones románticas de las ruinas, de la invasión implacable de la naturaleza enmarañada que se adentra como maleza invasora aparecen en las  fotografías del artista Unai San Martín (Eibar, 1964). La nostalgia de un paraíso quizás ya perdido, en unas  obras con claros  efectos pictorialistas y abstractos, como la   la superficie del mar, la bruma,  sin límites visuales hacen aflorar una gran belleza profundamente melancólica.

Una plataforma colectiva creada en 2005,  a partir de un grupo de artistas configura Soinumapa.net, el mapa sonoro del País Vasco que ha compartido múltiples sonidos sonoros a través de una página-archivo que todavía está vigente y sigue en construcción. Hasta la fecha 643 entradas y abierta la participación al que lo desee para añadir nuevas grabaciones.

Los profundos y oscuros abismos, las confluencias subterráneas y sus corrientes, lo dedentro y lo onírico conforman otro viaje interior para emprender. La artista  Gentz del Valle (Lekeitio)  a través de la magia y del poder evocador del dibujo nos dirige hacia un mundo en el que la naturaleza siempre aparece cambiante y velada. Una naturaleza interior compleja, enigmática, muy vinculada también por otra parte con  la mitologia y la femineidad.

Mª Jose Aranzasti

 
 
 
 
Museo Lázaro Galdiano