la ventana
del arte
   
 
Amaya González Reyes
Amaya González Reyes
Artísticamente correcto
Exposición
Hasta el 16 de octubre
 
  Lab_in. Arte Múltiple
Luis Taboada, 27
36201 Vigo (Pontevedra)
web: labinartemultiple.com/

La exposición surge a partir de la singularidad de nuestro espacio —una combinación de centro de producción digital y espacio expositivo— y parte de una de nuestras características diferenciadoras: el hecho de ser el único centro en España homologado para emitir los cuatro sellos de certificación Fine Art de las empresas Epson, Canson y Hahnemülle. A partir de aquí González Reyes plantea un proyecto en el que reflexiona, mediante una ágil declinación de aforismos, sobre la naturaleza y el sentido de la seriación, la certificación, la copia, el original múltiple, la pieza única, la obra inédita, el valor, su naturaleza, legitimidad o reproductibilidad, apelando a un diálogo directo con el espectador.


Artísticamente correcto surge de la idiosincrasia de nuestro espacio, pero también como respuesta a otra exposición realizada en el año 2008 en Zona C (Santiago de Compostela) titulada Artísticamente (in)correcto. En esa ocasión González Reyes sitúa 16365 pequeñas cuñas de madera rellenando el espacio que queda libre desde el revestimiento de pladur de las paredes hasta el suelo. La acción, una intervención en apariencia mínima, pretende de un modo irónico resolver un fallo estructural de la sala. La incorrección en este caso viene por no ajustarse a la resolución formal de una exposición “clásica”, la integrada por unas piezas y un recorrido expositivo al uso. Ocho años después González Reyes plantea una exposición para un espacio galerístico con piezas, series y sus correspondientes certificaciones, es decir, Artísticamente correcta.


Aun así el trabajo de González Reyes continua explorando las secuelas del arte conceptual, trabajando su entropía desde los límites del arte y la vida, explorando los espacios que confluyen entre emoción y racionalidad. Su metodología responde a un juego que construye en base a sus reglas, conviertiéndose en una artista difícil de etiquetar. La reflexión meta-artística, la que alude a los entresijos del propio arte y sistema artístico, suele ser una constante en su producción. Como en el proyecto Coleccionar coleccionistas (Intervenciones en el espacio urbano, 2004. Museo MARCO de Vigo) en el que buscaba literalmente coleccionistas para formar una colección, o en Entrar en la obra. Perder(se) en ella (Museo MARCO de Vigo, 2012) donde reflexionaba sobre su propia práctica artística desde un certero carácter autobiográfico o en Confesiones (2009) una serie de cartas mecanografiadas dedicadas al espectador que buscan su complicidad: I wanted to make a great piece, the most lucid, most beloved, most durable…I wanted something you would smile while you look at it, to share something between us both… (Quise hacer una gran pieza, la más brillante, la más amada, la más recordada…Quise hacer algo que te hiciera sonreír mientras lo miras, compartir algo entre nosotros…).


La exposición que se presenta en Lab_in continua esa línea discursiva epistolar donde el espectador supone el resorte que activa su sentido. Cada pieza funciona como un enunciado que se presenta y se piensa a sí misma, cuestionándose su papel en el mundo. Series Ejemplares (2016) consiste en 14 impresiones presentadas en una carpeta que reflexionan sobre la naturaleza de serie y autoría mediante diversos juegos de palabras “Esta obra la hice yo” o “Una serie infinita” evoca un trabajo procesual que se formaliza como un juego. Evidencia (2016) impresa en tinta blanca sobre un papel metalizado afirma “Esta es una obra brillante”, blanco sobre blanco desafía los límites físicos de la visión desplazando sus intenciones a los resortes del pensamiento o Excusa y testimonio (2016) donde el sello de certificación, un holograma dorado emitido por la empresa Hanhemüller, simula ser la luna en un negro cielo estrellado.


Convertir los certificados de autenticidad o autoría en obra artística es otra de las estrategias productivas de este proyecto. La certificación no sólo legitima la singularidad de la pieza, sino que se asocia a su revalorización económica una vez es lanzada al mercado. Obra(s) ejemplare(s) (2016) convierte a tres piezas de una serie de tres, en tres originales únicos o a su vez también puede ser leídas como una única pieza. Las paradojas de la certificación y los intersticios de su declinación legal suponen un complejo juego significado-significante que es hábilmente conjugado por la artista.

González Reyes nos propone un juego intelectual en el que transgrede hábilmente los intersticios del arte contemporáneo, no sólo mediante la apelación directa al espectador, sino también a la figura del coleccionista como eje vertebrador del sistema del arte. Su estrategia productiva, en la que el juego deviene metodología, subvierte las propuestas expositivas clásicas poniendo sobre la mesa cuestiones esenciales respecto a la verdadera naturaleza del arte, sus dinámicas, estructuras y protocolos de mercado.

 
 
 
 
Museo Lázaro Galdiano