Nada en el mundo hay tan suave y tan blando como el agua, nada vence mejor lo rígido y lo duro.Y nada la puede hacer cambiar...
Lao Tse, Tao Te Ching, 78 (traducción Gabriel G. Noblejas)
La obra de Mar Garrido puede ser considerada como una investigación de significantes espaciales coherentes, en favor de la representación de un mundo estético a la vez deseado y huidizo, que invita a la mirada serena y la introspección. Es arte contemporáneo perseverante y en presente continuo.
Significantes discernidos con toda libertad que pueden ser maleables, sutiles, volátiles, o desbordantes. Un mundo de formas, que Mar Garrido plasma con un riguroso lenguaje audiovisual, sean imágenes fijas o bien en el video-arte.
Las fotografías de Las formas del agua se presentan en retablos, polípticos, trabajos estructurados en bandas divisorias, creando simultáneamente una compartimentación de la obra de arte y una unidad de la misma.
Detalles formales (subjetividad que se convierte en realidad objetiva y compartida, gracias a la autora), en busca de una estética que viaja más allá de lo que representan. Sin deformaciones ni manipulación. Detalles de regiones naturales, como playas, ríos, deltas, nubes; o de construcción humana como estanques, el reflejo de la vida urbana con agua o la ausencia de esta, piscinas, puertos, puentes, donde se evoca un colectivo casi siempre ausente.
En ocasiones rozando la abstracción con líneas de paisaje y visiones macroscópicas dotadas de grandes manchas de color como verdes, azules, ocres o grises. Una mirada que nos recuerdala del cineasta japonés Hiroshi Teshigahara en su filmación de Sunna no Ona (La mujer de la arena, 1962) donde las huellas en la arena crean un debate sobre lo más profundo de la existencia humana: Las efímeras formas del agua.
Un camino a la espiritualidad si el espectador calma su pisada, y fija la mirada en alguna de las imágenes propuestas por la autora, sean objetos simbólicos como dunas, juncos, nenúfares, libélulas, u horizontes desdibujados, viajes con lluvia, reflejos de ciudades, que constituyen metáforas del mapa de los sentidos.
La exposición Las formas del agua se ofrece como invitación a la exploración de un mundo complejo a través de la sencillez de la mirada contemplativa. La experiencia estética puede estar en el detalle de la forma o en la sensualidad del movimiento de pantallas que penden de hilos en el útero del aljibe de este museo que acoge la colección de Mar.
Elena Gómez García