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del arte
   
 
12+1: Becas Municipales de Bellas Artes (1893-1936)
12+1: Becas Municipales de Bellas Artes (1893-1936)
Exposición
Hasta el 24 de febrero
 
  Museo Municipal de San Telmo
Plaza Zuloaga, 1
20003 Donostia / San Sebastián (Gipuzkoa)
web: www.santelmomuseoa.eus
 

La exposición pretende mostrar un conjunto de obras ingresadas en la colección municipal a través de la relación contractual con los becarios, a la vez que trata de rescatar a unos creadores en su mayoría olvidados.: Francisco López Alén, Benito Martínez Sierra, Inocencia Arangoa, José Aguirre, Ángel Cabanas Oteiza, José Arangoa, Jenaro Echeverribar, Edmundo Paillole, Venancio Ayerza, Jesús Martínez Utrilla, José Bengoechea y Luis Álvarez.

Los jóvenes donostiarras del siglo XIX y la primera mitad del XX que tomaran la determinación de desarrollar su vocación artística se enfrentaban a numerosas dificultades. Las primeras surgían con el deseo de profundizar en una formación iniciada, por lo general, con un maestro particular o en la Escuela de Artes y Oficios local. Aquellos que pretendiesen darle continuidad en Madrid o en el extranjero se encontraban con el obstáculo de la financiación, por lo que, a finales del siglo XIX, el Ayuntamiento de San Sebastián procuró concederles una alternativa creando un sistema de becas para los que, no disponiendo de medios, estuvieran dotados para el ejercicio de las Bellas Artes. De esta manera, y durante una primera etapa que se extiende a lo largo de cuatro décadas, posibilitó el acceso a diversos centros académicos a trece artistas.

Por diversas circunstancias, la mayoría de los ellos no logró desarrollar una carrera plena. La muerte prematura de dos de ellos, la enfermedad de otro, la condición de género de la única mujer becada, las aptitudes técnicas de algunos, y la falta de ambición de otros, están entre las causas que convirtieron al sistema en un proyecto malogrado. Pero a todas ellas se sumó el sobresalto de la Guerra Civil y la consiguiente escasez de posguerra, que interrumpió las carreras y estudios de los becados en los años veinte y treinta, obligándoles a integrarse en un sistema de producción más artesanal que artístico, o a convertir en un pasatiempo lo que ansiaban como profesión.

Estas cuatro décadas coinciden con un periodo crucial del arte vasco, en el que se produce su paulatina incorporación a la modernidad, desde la adhesión a los postulados impresionistas a la inmersión en los lenguajes de las vanguardias europeas. Pero, pese a ello, la gran mayoría de los becarios se mantuvieron al margen de las experiencias más renovadoras. Hubo, no obstante, artistas que se distinguieron por su innovación, y otros que mantuvieron experiencias coherentes con sus tiempos, aunque con un ligero retardo y una modernidad atemperada.

 

 
 
 
 
Museo Lázaro Galdiano