Tras la domesticación de la oveja en Mesopotamia -entre el 10.000 y el 12.000 a.C.- parece ser que el queso nació hacia el cuarto milenio antes de nuestra era.
Según una leyenda, un pastor árabe metió leche de oveja en un pellejo fabricado con buche, estómago de cordero. Tras calentarse al sol, parte de la leche del pellejo había cuajado... y así fue como accidentalmente se descubrió el queso.
La primera descripción del proceso de fabricación del queso se encuentra en un friso del templo sumerio de Ur (actual Irak) fechado entre los años 3.100 a 3.500 a.C. Respecto a Euskal Herria, el yacimiento alavés de La Hoya (Laguardia) es el lugar en el que se han descubierto diversas encellas (moldes) datadas hace unos 3.000 años.
Se trata de unas piezas de barro de unos 12 a 15 cm. de diámetro que supuestamente sirvieron para elaborar quesos.
San Telmo ha sacado las piezas de su exposición para contextualizarlas dentro del proceso de elaboración actual del queso en un caserío de Gipuzkoa, en el que el aluminio y el plástico han desplazado a los antiguos instrumentos de madera que secularmente se emplearon en nuestra tierra.
Por medio de esta exposición fotográfica, el museo pretende poner en valor su patrimonio etnográfico enfrentándolo al proceso actual de elaboración del queso, gracias a la colaboración del caserío Baztarrika de Gabiria.