La sede de la Casa de la Danza se ubica en el Centro Histórico de Logroño, en un local de un edificio situado en la entrañable Calle Ruavieja, y dispone su acceso público principal en la Calle San Gregorio, abierto a las vistas y a la generosidad espacial y frondosidad del parque que urbaniza, en su paso por la ciudad, la margen derecha del río Ebro.

“UN LUGAR DE ENCUENTRO”

A lo largo del siglo XX los museos han pasado, de ser tratados como simples depósitos o almacenes de objetos desordenados y polvorientos, a ser considerados importantes centros sociales de la cultura y el saber. Por ello, cualquier responsable museístico es consciente de que poseer una vasta o valiosa colección de objetos artísticos ya no es suficiente para alcanzar un verdadero reconocimiento; lo importante es saber abrir las puertas de la cultura a la sociedad y convertir las salas y las galerías en recintos atractivos, es decir, en auténticos lugares de encuentro.

Con el deseo de seguir las últimas tendencias ha nacido este nuevo museo en la ciudad de Logroño, un espacio de todos y para todos, con una vocación muy concreta: ejercer como centro de acogida y difusión del arte de la Danza. Así se explica la decisión de sus responsables de abandonar la tradicional denominación de “museo”, un tanto desgastada, a favor de otra mucho más acogedora como es la de “casa”, y convertir esta institución en algo semejante a ese hogar al que todos retornamos para refugiarnos, descansar, reflexionar o, simplemente, para dejar volar nuestra imaginación con plena libertad y disfrutar de un grato momento de tranquilidad.

Para lograrlo sus arquitectos han ideado un espacio compartimentado en múltiples volúmenes (el respeto a su primitiva estructura obliga), pero libre de obstáculos y por tanto muy versátil. Un diseño que permite albergar un sin fin de actividades culturales: exhibiciones permanentes, biblioteca, videoteca, exposiciones temporales e itinerantes…. Destinadas en conjunto a acercar, conocer, difundir y profundizar sobre las variadas y múltiples dimensiones que posee la Danza: su historia y desarrollo, sus distintas técnicas y lenguajes, sus relaciones con otras manifestaciones artísticas, etc.. facetas, todas ellas, un tanto desconocidas por la sociedad de nuestro país.

Todo debe ser factible dentro de la nueva Casa de la Danza, porque su verdadero objetivo es ayudar a que participemos y disfrutemos con ella (con la Danza) sin complejos, pero también sin divismos. Haciendo de su labor una obra provechosa para los profesionales, grata para los aficionados, y atractiva para curiosos o simples transeúntes.

Desde luego se trata de una empresa ambiciosa, pero no por ello deja de ser necesaria y sólo saldrá adelante si cuenta con un amplio apoyo social, en el que se incluyan desde las propias instituciones municipales que la han hecho realidad, hasta los más destacados profesionales de la danza, como es el caso de Ángel Corella, quien se ha ofrecido a ejercer de padrino y mentor de este proyecto. Pero sobre todo no debe dejarse de lado al conjunto de la sociedad, puesto que ésta debe ser, en definitiva el motor de arranque de todo este proyecto y la destinataria última de su labor educativa y cultural. Sólo así podrá convertirse en una iniciativa que revierta sus frutos de una forma realmente positiva y sea verdaderamente un lugar de encuentro como se pretende.

ANA ISABEL ELVIRA ESTEBAN
Profesora de Danza e Historia de la Danza