Se trata de un centro de interpretación turístico que, a pie de calle y con entrada gratuita, pretende animar al turista que llegue a Mérida a conocer los monumentos de la ciudad, con la historia que encierra el suelo de cada casa emeritense.
Además de exposiciones temporales, el centro está ocupado por restos romanos e islámicos que, como en tantas otros solares en la antigua capital romana y actual capital extremeña, se encontraron cuando se pretendían hacer unas obras.
Sólo hay que imaginar la cara de los trabajadores, acostumbrados ya por estas lindes, al encontrarse un mosaico de más de 30 metros cuadrados y del primer siglo, o restos de una muralla que llevan en pie (aunque enterrados) más de trece siglos.
En la planta alta del centro siempre hay personal de información turística y una tienda de regalos y recuerdos... aunque no sean tan antiguos.