A lo largo de su historia, Ripoll ha sido cuna de la protoindustrialización de Cataluña, ya que en la población se han llevado a cabo distintas actividades industriales. La Farga Palau de Ripoll es uno de los últimos ejemplos de una industria histórica, la fragua catalana, que tuvo un importantísimo papel en el desarrollo industrial para la obtención del hierro durante los siglos XVII y XVIII. Los productos más importantes procedentes de esta fragua eran las armas de fuego, los clavos y las rejas.