En los últimos tiempos, la expresión plástica anda a caballo entre la figuración y la abstracción.

El arte contemporaneo se desarrolla como las etapas de un razonamiento continuado que progresa en dos direcciones: una la que lleva al arte hacia una construcción plástica más o menos dominada por la razón y la otra a la expresión de una subjetividad buscada en las profundidades del instinto y del inconsciente.

Ya por el año 1910, Vassili Kandisky realiza su primera acuarela abstracta. El fenómeno no era nuevo, pero él quiso darle en adelante una existencia legal. “Yo supe entonces que los objetos ahogaban mi pintura” dice Kandinsky. En 1945 se sustituye París por Nueva York, en cuanto a Centro neurálgico del Arte, como consecuencia lógica del desenlace de la Segunda Guerra Mundial. Quedaba así expedito el camino para los ensayos de la abstracción que el tal Vassili había iniciado, dando lugar al informalismo internacional, rompiendo con la tendencia normal de hacer Arte, ya que a partir de entonces la figura y la forma no eran importantes.

Se consigue así una “libertad creadora” que no existía en tiempos atrás en que el artista se veía sometido a reglas de estilo de la época en que vivía. Respondiendo a esa llamada, el abstracto pasará de lo formal a lo informal a los grafismos y a las manchas llegando a nuestros días.

Pero. ¡Dos décadas! es el lapso de tiempo que había bastado a otros movimientos como el fauvismo, el expresionismo, el cubismo o el surrealismo, para sucederse y decir lo esencial de su aportación.

¿No es esto un signo de envejecimiento de la abstracción? Y entonces. ¿No resulta oportuno abrazar búsquedas antiguas?

Siguiendo este camino y el de la “libertad creadora” que abrazó la abstracción, desembocamos en que también tiene cabida en el arte de vanguardia la Figuración Subjetiva.

Así, unos artistas continúan dando su toque personal a la abstracción y otros tratamos de dar a la figuración, nuestra personalidad a la hora de ver la realidad, pasándola por el prisma de nuestra propia sensibilidad, captando la luz, los colores, las formas, las transparencias para luego fijarlas con pinceladas o espatuladas que no se podrían decir realistas ni impresionistas, sino simplemente subjetivas y propias de cada artista. “Por eso de la libertad creadora”.

En conculusión, independientemente del estilo, tanto unos artistas como otros, “lo seremos” siempre que innovemos, creemos y depuremos una técnica en la ejecución de nuestras obras.

Entrada libre

Martes a sábado de 10.00 a 14.00 y de 15.00 a 18.00 horas. Domingos y festivos de 10.00 a 14.00 horas. Lunes cerrado