Esta exposición revisa la trayectoria artística de Chelo Matesanz (Reinosa, Cantabria, 1964), partiendo de sus trabajos de finales de la década de los ochenta hasta los más recientes.
En este pertinente reconocimiento a una de las artistas más singulares de su generación —desde hace muchos años vinculada personal y profesionalmente a Galicia—, se visualiza el intenso proceso reflexivo que viene desarrollando alrededor de la práctica artística, investigando y cuestionando las bases mismas de la historiografía y desmontando modelos hegemónicos que definen la noción de arte en la modernidad: categorías, géneros, habilidades técnicas y conceptos como genialidad y originalidad, entre otros. Paralelamente, Chelo Matesanz ha conseguido construir una cartografía, amplia y personal, con diferentes lenguajes y soportes que tejen una pluralidad de temáticas, subvertidas irónicamente desde el humor y la crítica.
El título de la muestra, Mis cosas en observación, tiene que ver no solo con la voluntad retrospectiva sino también con la intención de formular lugares donde desarrollar el pensamiento para enfrentarse a condicionantes sociales, artísticos y culturales que fundamentalmente acaban por afectar a la mujer y a su representación; tema que la artista aborda de una manera radicalmente singular, unas veces desde la disidencia y otras desde la ironía, desvelando cómo las etiquetas se construyen a través del lenguaje y de la representación. Este es también el caso de realidades como la infancia, la economía, la violencia, la enfermedad o la sexualidad, que Matesanz aborda desde la experimentación, profundizando en la relectura de los géneros y las prácticas del arte.
La exposición es el resultado de articular una hábil sucesión de territorios dirigidos a experiencias, que exploran nuestro modo de percibir y actuar frente al arte y a la vida, configurando sugerentes eslabones entre el ejercicio artístico y la rutina de lo cotidiano, implicando activamente al visitante a través de textos irónicos, imágenes mordaces y metáforas visuales que se establecen en las salas del sótano del CGAC con la voluntad de introducir al público en las zonas más complejas de la conducta humana