Este edificio fue concebido en 1867 para ser la Diputación Provincial y el proyecto se debe al entonces arquitecto provincial, Pablo Cuesta y Sánchez, y a partir de 1877 al también arquitecto provincial, Segundo Viloria.
Tiene una fachada de estilo neorrenacentista, cuya portada fue decorada por el escultor zamorano Eduardo Barrón, autor también del monumento a Viriato. El interior se halla profusamente decorado con artesonados, vidrieras y mobiliario de la época, como correspondía a la moda imperante. Sin embargo destaca sobremanera el salón de sesiones, obra de marcado eclecticismo neorrenacentista realizada por el artista catalán Ramón Padró. En él además de los bancos originales donde se sentaban los diputados provinciales, se conserva intacta la decoración de las paredes a base de telas y paneles, donde aparecen distintos personajes de la historia de la provincia y el retrato del rey Alfonso XII presidiendo la sala.
La decoración alcanza incluso el techo, donde se muestran tres composiciones pictóricas que exaltan los hechos históricos más destacados de Zamora: la victoria de Viriato sobre los romanos; la conquista del puente de Mérida y Fernando el Católico añadiendo a la seña bermeja la franja verde tras la batalla de Toro.
En las salas se pueden admirar pinturas del siglo XIX, depositadas por el Museo del Prado cuando se crearon las Diputaciones Provinciales. Actualmente el edificio puede ser visitado y alberga temporalmente una exposición de artistas locales en conmemoración de los 200 años de la Diputación de Zamora.