La concepción que ha guiado este proyecto parte de un hecho clave, la mística es una forma de conocimiento y al mismo tiempo una forma de vida. Es decir, no existe la posibilidad del conocimiento místico sin llevar al mismo tiempo una forma de vida determinada, donde la sencillez, el ascetismo, la cultura de la pobreza, la búsqueda de la nada, el despojamiento, tanto físico como espiritual, juegan un papel central.
A partir de este concepto, un grupo de artistas plásticos, video-artistas, escritores, escultores y arquitectos han creado un centro donde prima una estética marcada por la sencillez, por el uso de materiales no excesivamente tratados, casi en estado bruto, con unos tonos y una luz lo más naturales posible; en fin, se ha pretendido que el espíritu de la mística esté perfectamente reflejado en él, tanto para el continente como para el contenido.