El Museo Francisco Sobrino se emplaza en las naves del antiguo Matadero Municipal de Guadalajara, un edificio de finales del siglo XIX que se ejecutó dentro de un plan de mejoras y equipamiento urbano en el que se incluyó la construcción del Mercado de Abastos, la de dos lavaderos públicos, y la ampliación del Cementerio Municipal.
El 17 de enero de 1883, el arquitecto municipal Mariano Medarde de la Fuente firmó el proyecto con un presupuesto inicial de 52.938,41 pesetas. La propuesta suponía la construcción de dos naves para sacrificio del ganado vacuno y porcino, y el acondicionamiento de otra existente para el lanar.
La actividad a desarrollar implicaba la creación de amplios y altos espacios con potentes muros de carga, con una altura aproximada de 4,50 metros, edificados en aparejo mixto de piedra caliza y ladrillo de tejar para definir las líneas de intersección, las cornisas, los dinteles, los arcos y las embocaduras de los huecos. Como cubierta se plantearon unas cerchas de madera, capaces de cargar con garantías los pesos de las reses, con linternas a lo largo de la toda la cumbrera para procurar una buena ventilación.
A finales del siglo XIX y a lo largo del siglo XX, estas construcciones fueron objeto de un sin fin de pequeñas actuaciones con la finalidad de conservarlas en las mejores condiciones posibles; y, después, una vez que hubiera perdido su función original, de otras intervenciones más costosas para adecuarlas a los diferentes usos asignados.
Así, a medidos de la década de los setenta, una vez que fuera inaugurado un nuevo matadero, el antiguo se convirtió en Parque Municipal de Bomberos, practicándose en la nave de vacuno un gran hueco para convertirlo en cochera del camión autobomba. Una vez cumplida esta misión, todo el conjunto se transformaría en dependencias para las Brigadas Municipales de Obras, albergando los talleres de todos los oficios, y mutándose en almacén para todo tipo de materiales.
Estos cambios de usos generaron más intervenciones que afearon su estado original, para, al final del proceso, caer en la obsolescencia e incurrir en peligro de colapso.
En septiembre de 2008 el Patronato Municipal de Cultura planteó la reconversión de estas construcciones en salas de exposiciones, y la creación de un espacio permanente que acercara la figura y la obra de Francisco Sobrino a su tierra natal. Semanas más tarde, el 12 de diciembre, se firmaba el Protocolo entre el alcalde-presidente de la ciudad y el artista Francisco Sobrino Ochoa para la fundación del ?Museo Francisco Sobrino? en el histórico Matadero de Guadalajara.
Seguidamente, se convocó un concurso para la redacción del proyecto de adecuación, que se resolvió a favor de la propuesta presentada por don Pablo Moreno García-Mansilla.
En los planos y memoria presentados se planteaba la restauración y adecuación de las naves históricas y la construcción de unos edificios de nueva planta que las intercomunicaban en su parte anterior y posterior para, así, organizar un recorrido que confirmaba el carácter museístico que se pretendía dar a la instalación, y posibilitaba la creación de un espacio para proyección de audiovisuales y un taller para actividades infantiles, bautizado como Laboratorio GRAV.
Las nuevas edificaciones se trazaron como pastillas neutras, erigidas en hormigón visto e iluminadas por grandes pantallas traslucidas, para albergue de los vestíbulos de acceso y salida, y para las áreas de servicio. De este modo, las diáfanas naves de sacrificio se tornaban en salas de exposición con una superficie de más de 120 metros cuadrados. Una, para albergar la permanente Sobrino ponderado, en la que se exhibe una colección de obras representativas ?acuarelas, lienzos, relieves, esculturas,?? de las distintas etapas creativas del autor; y, la otra, para desarrollar la programación de exposiciones temporales a lo largo del año.
La fachada principal se alza en la Cuesta del Matadero, donde un gran portón de hojas de madera correderas posibilita la transformación del patio interior en una plaza abierta de carácter público.
El Museo Francisco Sobrino fue inaugurado el 30 de marzo de 2015 con la pretensión ser un espacio cultural de referencia para el arte contemporáneo, y con el objetivo de divulgar la figura y obra de Francisco Sobrino y del GRAV ?Groupe de Recherche d?Art Visuel?, y, por extensión, para potenciar el arte óptico-cinético y la abstracción geométrica.
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