La que hoy es sede de la Diputación Provincial se construyó como hospital de cura y convalecencia, fundado en el año 1629 por el que fuera capitán y procurador en Cortes, Pedro Morán Pereira, que cumplía así una manda testamentaria de su hermano.

El proyecto fue encargado nada menos que al arquitecto de la Corte, Juan Gómez de Mora, pero no fue seguido fielmente durante la ejecución de las obras. Se trata de un edificio de gran envergadura,  cuyo volumen aunque bien equilibrado, solo se entiende por la necesidad de dar réplica al palacio de los Condes de Alba y Aliste, situado justo en frente, y contribuye a configurar definitivamente la nueva y amplia plaza que media entre ambos.

Cuenta con una fachada clasicista en la que todos los elementos: el torreón de esquina, la galería de cuatro arcos, los vanos... se disponen con suficiente gracia. En el centro, un relieve de la Anunciación de la Virgen preside la portada que da paso a una espaciosa capilla, en cuyo interior encontramos un interesante retablo manierista, que representa escenas de la vida de la Virgen y de la pasión de Cristo.

El edificio por lo demás posee un patio de dos pisos a base de galerías de arcos y sufrió una fuerte intervención en  el año 1983 para adaptarlo a las nuevas dependencias administrativas. Una interesante colección de pintura albergan sus muros, procedente en parte de fondos depositados por el Museo del Prado, pintura española del XIX, entre los que destaca un óleo de Luis Madrazo, así como obras de becarios de la Diputación en las Academias de Arte de la época, artistas zamoranos de todo el siglo XX y otras adquisiciones de pintura y escultura contemporánea.