La sala de exposiciones Porta Miñá toma su nombre de la puerta más antigua y menos modificada de la muralla, situada a pocos metros, que a su vez se denomina así por ser la más próxima al río Miño.
La sala, perteneciente a la red de museos municipales, complementa lo visto en los demás centros y es otra experiencia indispensable para entender la evolución del Lucus Augusti romano. En ella se nos muestran algunos restos y se completa la visita con un audiovisual que nos relata el origen del Lucus como campamento militar romano (25 a C.), su transformación en ciudad y la tardía edificación de la muralla (270 a 320 de nuestra era), y la toma y destrucción de la ciudad por los suevos (460) y su posterior decadencia.
Aún siendo un esfuerzo magnífico, uno queda con la sensación de que es necesario más. La extraordinaria riqueza histórica y artística de lo que fue Lucus Augusti merecería más conservación, más fondos y un supermuseo romano que englobara todas las pequeñas salas. Sería una inversión tremenda, pero también un importante reclamo turístico; al fin y al cabo nuestra pobre muralla romana, castigada por el tiempo, sigue siendo la única completa (daquela maneira) en todo el mundo