Los vecinos de Colmenar Viejo, especialmente los aficionados taurinos, podrán arrimarse a partir del próximo viernes 15 de enero, y hasta el 12 de febrero, en el Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso (C/ Iglesia, 12) a los Rescoldos de la Feria de Los Remedios 2015, una exposición fotográfica de Alfonso Blanco Criado que reúne 25 imágenes tanto de grandes momentos vividos en la última Feria taurina de la localidad como curiosos detalles taurinos.

Organizada por la Peña taurina 'El Rescoldo' y de carácter solidario ya que todo lo recaudado de la venta de las fotos se destinará al Hogar 'Jesús Caminante', la muestra recuerda una Feria que devolvió la ilusión a Colmenar Viejo, según su autor.

“Tras unos años a la deriva taurina, esta villa necesitaba un ciclo exitoso para que el nombre de Colmenar Viejo regresara a la primera plana del calendario taurino. Y la tarde del lunes 31, con Miguel Ángel Perera paseando un rabo, dice mucho del entusiasmo generado en los tendidos. Esa tarde, las dos novilladas y el diluvio universal que obligó a suspender en el segundo toro la corrida del 30º aniversario de la muerte de el Yiyo quedan retratadas en esta muestra que, cinco meses después, pretende recuperar la esencia de aquellos cuatro festejos para que nunca mueran los rescoldos que siempre han mantenido viva la Fiesta en Colmenar”, destaca Alfonso Blanco.

De familia colmenareña, apasionado de la fotografía y amante fervoroso de la tauromaquia y del ciclismo (como fotógrafo deportivo ha cubierto eventos tan importantes como los Mundiales de Ciclismo en carretera y MTB y multitud de campeonatos de Madrid y España), Alfonso Blanco siente y vive hondamente el mundo del toro.

Para él, “en cada embestida, en cada lance, en cada par de banderillas, el toreo acumula motivos de sobra para sentarse y disfrutar. Son tantas las secuencias rescatables, que muchas se escapan al ojo del buen aficionado. Y al contrario que en el cine, en el teatro, o en cualquier otra disciplina en la que la vida no está en juego, frente al toro no hay lugar a la repetición de la escena. Es por eso, por la necesidad interior de llegar más allá de lo que percibe el espectador en la plaza, el motivo por el cual me decidí a plasmar en imágenes mi particular punto de vista del toreo”, explica.

Este joven fotógrafo asegura que su pasión por la fotografía fue lo que le hizo descubrir “que el colorido que desprende el llamado ‘arte de Cúchares’ se podía multiplicar, como el milagro de los panes y los peces, a través del objetivo de una cámara”.