Las paredes siempre han sido mudas. Observando y ocultando los secretos más inconfesables. Testigos impotentes de verdades incómodas, pero ahora han decidido romper su silencio para dar voz a los sin voz, con la campaña “Paredes que Hablan”. La Fundación Mujeres y el Fondo de Becas Soledad Cazorla han querido hacer públicos los distintos casos reales de asesinatos por violencia de género para concienciar a la sociedad sobre la necesidad de romper ese silencio incómodo. Quiere visibilizar y proteger a las víctimas colaterales de la violencia de género, a los hijos y las hijas de las mujeres asesinadas para que no trunquen su futuro. Para hacerlo de un modo notorio y relevante, la Estación Ferroviaria Zaragoza-Delicias acoge la exposición “Paredes que hablan” desde el 10 hasta el 24 de abril. En la muestra, son cuatro paredes las que cuentan una realidad que hasta ahora nadie ha escuchado: la pesadilla que viven los hijos, las hijas y las familias de las mujeres asesinadas. “Paredes que hablan” cuenta los desgarradores relatos de estas familias para concienciar a la sociedad sobre la necesidad de romper el silencio ante la violencia de género.