Con esta instalación Samuel Salcedo nos habla de las relaciones humanas, el aislamiento, los grupos, las relaciones de pareja, de amistad, de violencia… Para ello colocará 16 esculturas esféricas de gran formato a las que les ha moldeado una expresión facial, dispuestas como si un camión volquete las hubiese descargado a la vez y el azar y las fuerzas físicas hubieran decidido su ubicación en el universo. Unas quedarán solas y aisladas, otras formarán grupos, parejas, algunas quizás habrán chocado y en un acto de presunto canibalismo se habrán devorado entre ellas.
Para Salcedo, estas esculturas esféricas en las que modela caras con diferentes expresiones son una metáfora de los seres humanos, y así veremos esculturas con expresión facial de alegría, placer, lujuria, indiferencia… o la que da título a la instalación y manifiesta su desconcierto por el inesperado estado, tiempo y lugar en el que ha ido a parar.