David Tremlett muestra sus obras por segunda vez en la Galería Miguel Marcos. En esta oportunidad podemos ver sus indagaciones en torno al espacio y el color en trabajos que van desde 1989 hasta creaciones más recientes.

Desde muy joven David Tremlett se ha dedicado a viajar tanto por Europa como por el Norte de América, Australia, África y el Medio Oriente. Tanto sus estudios de escultura como sus viajes son muy importantes a la hora de aproximarnos a su obra, porque más que un pintor, escultor o dibujante, Tremlett se considera un artista que trabaja con el espacio, y sus recorridos le permitieron acumular una serie de experiencias vitales e imágenes que formarán parte fundamental de su quehacer artístico, sobre todo en cuanto a conceptos constantes en sus obras: el ritmo, el color, la dimensión espacial y la memoria.

Cuando mira un paisaje o un edificio (una ruina, una iglesia, el espacio interior de una galería o museo) Tremlett ve parámetros que se repiten, no es solo geometría o simple abstracción. El artista aprecia los efectos de la luz que crean formas, los vestigios coherentes que trascienden toda cultura o tiempo, los colores que se vuelven sólidos y que simbolizan la presencia humana en un pueblo en Tanzania, en México o en Portugal. Tremlett llegaría a decir que los colores son la arcilla, el acero y el mármol de sus construcciones. Al intervenir un espacio toma en cuenta el uso social del mismo,
lo que ocurre en su interior y las interacciones humanas alrededor; su contexto social y humano; todo incide en la obra, todo es diálogo en un artista que ama profundamente el silencio.

La obra de David Tremlett es de una consistencia y congruencia impresionante, tal vez por la claridad de los conceptos e intereses que maneja desde sus primeros trabajos. El artista no ha sido ajeno a su época. Sus primeras obras tienen un carácter muy conceptual. También se le ha relacionado con el Minimal Art, pero se trata de eliminar lo innecesario no de reducir las formas a lo más simple, ir hacia lo más puro posible no hacia lo más elemental. La sencillez no está reñida con la complejidad para él.

Tremlett se ha nutrido del Constructivismo ruso, sobre todo de su idea de integración de las artes; de la fotografía de fines del siglo XIX y principios del siglo XX, del Modernismo en el diseño y la arquitectura, también del espíritu inspirador del Dadá, Fluxus y el Arte Conceptual, pero sus obras no nos hablan solo de su bagaje cultural, sino de la experiencia directa no despojada de sustancia. Varias de las obras que ahora muestra en la Galería Miguel Marcos son el producto de sus viajes a Tanzania, entre 1989 y 1990, y de sus intervenciones en edificaciones de los lugares visitados. Tienen la esencia de un diario de viaje que contiene anotaciones, fotografías, levantamientos topográficos, croquis y recuerdos.

Quien ve sus dibujos de más reciente data, como los presentes también en la exposición, no ve solo meros ejercicios formales, ve construcciones que nos remiten a la esencia de las pinturas rupestres y a los matices de los frescos de Pompeya, o a las sólidas paredes de iglesias románicas o a las ruinas precolombinas. Todos sus trabajos adquieren una dimensión arquitectónica, lo que puede ser apreciado en “4 X 4”, desde sus trabajos bidimensionales hasta la intervención que el artista hace en el mismo espacio de la Galería Miguel Marcos.

Datos biográficos del artista:

David Tremlett (Darltford, Kent, Reino Unido, 1945) es uno de los artistas británicos más importantes en la actualidad. Estudió escultura en la Escuela de Arte de Brimingham (Reino Unido) y luego en el Royal College of Art (Londres, Reino Unido). Ha expuesto,
entre innumerables muestras, en la Tate Gallery de Londres, en el Centre Georges Pompidou de Paris, el Stedelijk Museum de Amsterdam, en el Museum of Modern Art de Nueva York, etc. Desde principios de los años setenta ha elaborado obras de carácter monumental en espacios como: la Embajada Británica en Berlín, el British Council de Nairobi, Kenya; la Capella delle Brunate en La Morra, en Barolo, junto a Sol LeWitt; en la Iglesia de San Pedro y San Pablo, en Villenauxe-la-Grande, Francia; en el Lobby del Bloomberg Building, Londres; en la Chiesetta della Beata Maria Vergine del Carmine en el Piedemonte italiano, por mencionar algunos.