Entre la evidencia y lo aparente Entre lo reconocible y lo aparente, lo intuido o lo indefinido, el arte se ha movido siempre entre estos dos términos, incluso ahora, cuando el concepto que nace de una idea - primigenio y único acto creativo - no sabe todavía como prescindir de la evidencia, de aquello que explique los propósitos que necesitan ser transmitidos.

La exposición quiere presentar, desde un planteamiento, quizás, más simplificado, tres actitudes diferentes donde puedan convivir estos dos conceptos, la evidencia y la apariencia.
Mirando viejos cuadros en el estudio que respondían a una etapa más realista, me pareció que, mediante unas nuevas formas inconcretas, como manchas que circularan libremente envolviendo y respetando las expresiones más evidentes, estas podían ganar protagonismo, al tiempo que obtendría una especie de reconciliación entre mis inicios en la abstraccción, con las posteriores fases figurativas.

El segundo grupo de cuadros responde a una necesidad de liberalizar las formas desdoblándolas, deshaciéndolas, para recrear espacios que me permitieran componer volúmenes libremente.

La composición, esa fórmula oculta, con escasas reglas, que ha de presidir toda representación en cualquiera de sus expresiones, me proporcionó un disfrute muy especial.
Aquí,  la evidencia está presente desde el momento en que la mirada recompone las diferentes apariencias.

Y la tercera agrupación tiene como protagonistas los libros. Llevo mucho tiempo con ellos manteniendo una larga amistad, descubriendo muchos valores plásticos en sus portadas, en sus hojas, en sus ideas...

El collage me ha servido para justificar la evidencia, para recrearla y permitir que la insinuación, las sombras, las manchas, ocupen el espacio adecuado para no exigirle demasiado a la imaginación.

No sé que será lo siguiente, pero tendré que darme prisa.

Rafael Català