Hay artistas que, después de casi toda una vida dedicada a la creación y con el reconocimiento a su talento de los expertos y del público, no han perdido la memoria. Este es el ejemplar caso de nuestro paisano y amigo José María Larrondo. Un pintor de alargada proyección, un creador virtuoso incansable que después de llevar su extraordinaria obra por todas las mejores galerías de arte y museos contemporáneos de España, Italia, Holanda, Portugal, Chile, Argentina, China, Frankfurt, Londres y New York, entre otros lugares, sigue con orgullo recordando en voz alta y en cualquier parte del mundo que nació en Villafranca de los Barros, en la calle Alzada, para ser exactos, y que es nieto del bueno –en el mejor sentido de la palabra- y noble “doctor Machuno”.

Villafranca de los Barros y Extremadura tienen pues una deuda con este hombre avezado del arte contemporáneo que ha consagrado su vida, con sensibilidad, inteligencia y mucho corazón, a la docencia (Doctor en Arte en la Universidad de Salamanca) y a la creación artística desde la posición privilegiada que otorga quien se sienta en la misma mesa de los grandes creadores pictóricos de una época. Porque Larrondo ya es, a todas luces, un estilo, una manera distinta al resto de ver y plasmar en sus lienzos el mundo que nos rodea.

Nosotros, el pueblo de Villafranca, su pueblo, quiere una vez más darle las gracias a José María Larrondo por su inagotable talento y por querer seguir siendo, tanto tiempo después, uno de los nuestros.

Para ello, la Casa de Cultura tiene el privilegio, tiene la suerte de poder acoger esta exposición antológica que celebra los veinticinco años de esta Casa. Hace veinticinco años, en septiembre de 1994, esta antigua fábrica de harinas abrió sus puertas reconvertida en flamante Casa de Cultura con la inauguración de la inolvidable exposición Larrondo. 1987 -1994. Y hoy, aquí, en el mismo lugar, cerrando el círculo y un cuarto de siglo después, los cuadros de Larrondo regresan a casa para celebrar con distinción merecida este aniversario.

Un Cuartito de Siglo es una brillante muestra pictórica y escultórica que recopila y compendia, a modo de botón de muestras, lo que un artista de la talla y la generosidad de José María Larrondo puede llegar a crear con belleza.

«… Un creador cuya obra se halla en el centro de tradiciones netamente españolas y que, no obstante, encuentra difícil acomodo en la comprensión crítica debido a la rígida estructura, a veces unívoca en la que se asienta. Y es que Larrondo cultiva del barroco la apariencia velada, el decir polisémico, siempre a la búsqueda de formas ajustadas, siempre reflexivo con los elementos que lo circundan. Ni más ni menos…
… Queremos ser francos: lo que nos llama la atención de la obra larrondiana son las trampas visuales, el trompe l´oeil, las veladuras».

Alfredo Taján. Poeta y Crítico de Arte

«Larrondo asusta, estremece, provoca vértigo y desencadena pasiones con realidades desfiguradas pero, al fin y al cabo, realidades. Sus obras respiran en naranjas y azules y se ahogan en negros. Es raro cuando la rareza es una virtud».

Loreto Sánchez. Diario El Mundo

«Se trata de una pintura ensayística, varias ideas de partida van desplegándose para generar otras, para enriquecerse mutuamente y multiplicarse. Para contaminarse…
… Pocos pintores utilizan el color como él, de forma en apariencia tan impura, alejado de efectos y protagonismo a primera vista, pero pocos destilan tanta verdad de esa impureza. El color en sus obras no sólo es inusual e intenso, se nos antoja, también, infinito».

José Guirao. Ministro de Cultura