Victoria Maldonado
El dormitorio de invitados de Casa Sostoa se renueva como espacio para la experimentación. A raíz de la propuesta que en su día planteó la artista, labra perfida parece reinterpretar la habitación como lugar de estudio y clasificación taxonómica. Partiendo de anteriores trabajos, en los que pequeñas esculturas constituían una pseudoarqueología de su propio ser, tal que residuos de su gestualidad, aquí desarrolla unos parámetros nuevos y diferenciadores que profundizan en ciertos matices sexuales.
Desde su medio natural -la instalación-, Maldonando continúa construyendo un argumento de ficción al generar una arqueología del presente. Con su frágil apariencia, cada nueva escultura parece un vestigio de algo anterior, sin serlo, y el conjunto se sirve de las estrategias de la entomología -el estudio científico de los insectos- para proveernos de un relato metaartístico. Al mismo tiempo, en un cuaderno de dibujos se recrean de forma meticulosa algunas de esas esculturas que, por sus cualidades texturales -son todas de finísima porcelana- constituyen objeto de estudio en sí mismas. Cada una de las piezas, algunas de ellas diminutas, responden a una concepción orgánica que pueden asimilarse a formas vegetales u otras carnosas del propio cuerpo humano. En particular, y haciendo ya referencia al título del proyecto, las evocaciones a la vulva femenina constituyen un auténtico leitmotiv.