El decimoséptimo programa del ciclo de Visiones Contemporáneas, últimas tendencias en el cine y vídeo en España, un proyecto comisariado por Playtime Audiovisuales para el DA2 - Domus Artium 2002, está dedicado a la cineasta y montadora de origen gallego, Diana Toucedo.

Diana, estudió el grado de cine en la ESCAC (UAB) en la especialidad de montaje y el Máster de teoría cinematográfica contemporánea en la Universidad Pompeu Fabra. Con una dilatada carrera en postproducción, entre sus trabajos destacan los largometrajes “La noche que no acaba”, de Isaki Lacuesta, “O quinto evanxeo de Gaspar Hauser”, de Alberto Gracia o “Julia Ist”, de Elena Martín.

Como autora, son varios los conceptos sobre los que orbita su obra y que de una manera u otra están presentes en su trabajo. La idea de lo fantasmal, elemento siempre vinculado a la imagen cinematográfica, nos coloca en un punto intermedio entre la presencia y la ausencia, a través de espectros que Diana invoca y que pueden referirse, a una falta de la figura masculina en sus películas (ausencia del padre) o a la propia materia fílmica y su deambular entre la luz y la oscuridad. Esas fantasmagorías, otorgan a todas las obra una sensación de tiempo suspendido en el que cohabitan pasado, presente y futuro.

Otro de los temas tratados, es el cuerpo de la mujer, canalizado frente a sus propios fantasmas, sus miedos y angustias, mostrado como otra forma de repensar su historia personal. Así como el mar, paisaje y memoria que sirve como elemento autobiográfico (Diana es hija de marinero) enmarcado en la necesidad de volver a las propias raíces. Todo ello unido a una constante reflexión sobre la imagen cinematográfica, a través de la apropiación de material de archivo y la confrontación de estas imágenes a través del montaje.

En 2016 presentó su primer largometraje “Trinta Lumes” y en la actualidad prepara su segunda película, “Puerto deseado”. Para este programa de Visiones Contemporáneas hemos seleccionado cuatro de sus piezas de corta duración; “Imágenes Secretas”, “Corpo Preto”, “Ser de luz” y “Homes”.

La obra de Diana Toucedo se presenta por primera vez en Salamanca, después de haber recorrido con éxito numerosos festivales y certámenes, como el Festival Internacional de Cine de Berlín, L’Alternativa en Barcelona, Zinebi en Bilbao, Alcances o el Festival de cine de Málaga

OBRAS

Imágenes Secretas. Sonido. Color. Digital. 2013. 18’

“Imágenes secretas”, es la historia de un viaje. De un largo viaje hasta la localidad de Puerto Deseado en la Patagonia argentina, pero también de un viaje como proceso interior, que la directora llevó a cabo entre los años 2009 y 2013, fecha de finalización de la película y que le sirvió para acercarse a su padre. A la manera de un diario filmado, la voz de Diana, a través de distintos textos que acompañan las imágenes, nos sirve como hilo conductor de la historia. El personaje del padre ausente, capitán de barco que pasa largas temporadas fuera, resulta el enigma y la clave de esta historia familiar, tan íntima y personal.

La construcción de un posible relato de ficción como forma de acercarse a lo real, siguiendo para ello las huellas que durante años ha ido dejando el padre en tierras patagónicas, un lugar, por otro lado, tan lejano que invita a la mitificación, sirve para aproximarnos a esta figura casi desconocida, ausente y llegar a formar parte, de alguna forma, de “su realidad” a tantos kilómetros de la familia y la casa natal en Galicia.

La obra recupera además la memoria de un lugar poblado de emigrantes gallegos y asturianos, cuyo relato ha quedado invisibilizado a lo largo de la historia.

Imágenes secretas, ha servido también como antesala de lo que será su segundo largometraje titulado “Puerto deseado” y que está previsto lo termine durante el 2018.

Ser de luz. Sonido. Color. Digital. 2009. 6’

En “Ser de luz” estamos ante una obra basada en el montaje de material de archivo. Una pieza de found footage, donde Diana, que trabaja habitualmente como montadora de cine, interrelaciona imágenes procedentes de dos películas: “Film Ist”, de Gustav Deutsch y “El negro que tenía el alma blanca”, dirigida por Benito Perojo y con fotografía de Segundo de Chomón, que fusiona con el color que le aporta las abstracciones del cineasta experimental, Stan Brakhage.

La obra parte del negro, que aquí actúa como el blanco de un lienzo, superficie sobre la que construir e ir caminando hacia la luz, con una sucesión de imágenes que por momentos amenazan con destruir su propia esencia. Estructurada de manera circular, en esta obra, Diana indaga en nuestros miedos, en la noche y las fantasmagorías, siempre tan relacionadas con la propia esencia cinematográfica, y en la pluralidad de nuestros cuerpos representados en el “corpo” y el rostro femenino.

Corpo Preto. Sonido. Color + B/N. Digital. 2016. 7’40’’

En “Corpo Preto” estamos de nuevo ante una obra de realizada a partir de material apropiado que parte del uso de imágenes procedentes de las películas experimentales; “Limite”, del brasileño Mário Peixoto y “Stellar” de Stan Brackage.

A partir de “Limite”, Diana continúa explorando el cuerpo y la identidad de la mujer ante sus propios miedos. Un personaje que desea moverse hacia la luz pero que permanece en la oscuridad. “Stellar” pone las notas de color y fantasmagoría fílmica a toda la obra utilizando como médium el soporte del celuloide, con el que habitualmente trabaja Brackage.

Resulta llamativo, como Diana selecciona de entre todos los fragmentos de la película original brasileña, los que tienen que ver con el mar, un pequeño barco y la protagonista en el interior del mismo. Detalles muy relacionados con su infancia en Galicia y el pertenecer, como ya conocemos por “Imágenes secretas”, a un entorno familiar de marineros.

Por otro lado también, los planos detalle que utiliza se refieren al mundo interior de la protagonista, remarcando un estado más espiritual. Diana intenta visibilizar el alma, como parte esencial del “cuerpo” del título. En esta película destaca también la minuciosa labor en el diseño de sonido con el que se consigue crear, por momentos, una atmósfera asfixiante.

Homes (Hombres) Sonido. Color. Digital. 2016. 10’

Hombres, es una obra sobre mujeres. Sobre las mujeres que esperan, sobren la invisibilidad de las mujeres. Sobre el interior de las casas y el espacio doméstico habitado por una serie de personajes femeninos que esperan, esperan a esos hombres que fuera, al otro lado de los ventanales construyen y cuentan la historia. Diana, coloca a las mujeres en estos espacios semivacíos, casi como si de espectros se trataran.

Resulta imposible no acordarse de la famosa película de la cineasta belga Chantal Akerman al verla, toda una referencia e inspiración. Donde en “Jeanne Dielman, 23 quai du Commerce, 1080 Bruxelles“, Ackerman mostraba toda una serie de labores domésticas que realizaba su protagonista. En “Homes”, Diana se decide por una presentación similar del relato aunque con un ajuste de tiempos y una resolución muy diferentes. De la misma manera que en “Corpo Preto”, se acentúa la ausencia de personajes masculinos, a pesar aquí del título. Los hombres que en algún momento pudieron convivir con las protagonistas de esta historia, ya no están. Como si de un poema se tratara, Diana nos lleva hacia un final donde se justifica esa ausencia de hombres, convertidos en voces entrecruzadas y distantes que pertenecen al pasado, a esos combates y a esa guerra civil, todavía presente en la actualidad del país, porque quedan muchas heridas por cerrar.

Las vidas de estas mujeres, condicionadas por la ausencia de lo que probablemente fueran sus maridos, o sus padres y hermanos, viven en una especie de tiempo suspendido, en el que las acciones se solapan unas sobre otras, de ahí el juego de montaje, de múltiples exposiciones en la imagen, componiendo un estado físico y mental de detención, el reloj que se para en el plano del inicio de la película, aunque siga funcionando.

Sala de proyección de la primera planta