Descripción de Alfredo Aracil (Periodista, Escritor, Crítico de Arte):
Una colección pictórica que no es una exposición al uso. Se distingue de las tradicionales en que ofrece un doble y excepcional significado que no suele darse en otras manifestaciones plásticas. Nos referimos al protagonista: su autor.
En estas obras que Federico Ramírez nos ofrece para nuestro deleite y gozo, convergen dos circunstancias que la definen perfectamente. De un lado tenemos a un ferviente enamorado del Camino de Santiago. Y por otro, a un amante insatisfecho de la pintura. De la mezcla de estas dos peculiaridades surge la posibilidad de poder mostrar a los demás – en unos casos – aquello que no contemplaron o no experimentaron; y – en otros – brindarles una guía edulcorada con amor, entusiasmo, fidelidad y, sobre todo, con precisión, destreza y seguridad.
Como corresponde a un peregrino que, a pesar de su experiencia como tal, es capaz de asumir una nueva y profunda sensación, en cada ocasión que realiza el Camino desde todas las Rutas jacobeas. Aprovecha para trasladar al papel con la ayuda del agua y el color lo que su retina y su máquina fotográfica captan, cada vez que se enfrenta al paisaje en el que, entre otros, aparecen una iglesia románica, un monasterio, un puente, un cruceiro de piedra o un castillo, en cuyo conjunto se funden la historia y el arte.
Sus obras son lugares que forman parte del trazado de varios “Caminos” pero que tan solo personas como Federico, envueltas de sensibilidad, de dotes artísticas y paz espiritual son capaces de dar rienda suelta a su generosidad, y no solamente para indicarnos la ubicación de todas y cada uno de estos monumentos, sino también de la necesidad de detenernos y dedicarles la atención que merecen.
Pienso que esta exposición debe ser contemplada más de una vez, por su doble condición de obra artística de exquisita elaboración y magistral precisión y, por el mensaje sencillo y emotivo que transmite cada una de las piezas que la componen.
Pocas ocasiones como esta se nos presentarán en lugares adecuados como el que ahora nos ocupa en esta estupenda sala. Por eso no podemos dejar que pase desapercibida.