La galería Aldama Fabre de Bilbao muestra el último trabajo de la fotógrafa Helena Goñi. Este nuevo proyecto es una continuación así como un alejamiento de los anteriores. “Great expectations” (5 de septiembre - 29 de octubre) toma cuerpo con fotografías a color y b/n en diferentes formatos, colocadas sobre las paredes de la sala desdibujando las líneas entre la propia exposición, el espacio público y la esfera privada.
El pequeño relato introductorio escrito a modo de guión cinematográfico surge del capricho de extraer una secuencia para comprender lo que tienen de especial las imágenes. Sólo es una fracción y al igual que el trabajo de Helena G. exige un enfrentamiento no directo. Al descartar el comienzo y el final de la narración, también se suprime un solo sentido. Esta no linealidad en su práctica no únicamente está en sus fotografías sino también en sus referentes e intenciones. Para explicarme la selección de fotografías que forman la
exposición Helena me habla a través de los recuerdos de sus viajes realizados en los últimos años por el Reino Unido, los Estados Unidos y Canadá. Experiencias que le hacen ser quién es, como mujer y como fotógrafa.
Me fascina de inmediato su forma de describir aquellos recuerdos de una manera tan gráfica, haciéndome ver esas imágenes en mi mente por unos segundos, es la misma magia que la imagen latente en un negativo.
Confieso que también resultan diluidas, como cuando se sumerge una bolsita de té en una taza con agua hirviendo y ésta poco a poco se va tiñendo a capas, pero sé que esto es un aspecto significativo de su trabajo.
Todas esas transiciones, los fundidos, los flashbacks que seccionan todo aquello que ocurre en el antes y el después de capturar la imagen. Por ello me interesa especialmente una auto-ficción que me comparte en la que une en una misma historia dos hechos disconexos. Por un lado los años que vivió en Londres como estudiante de la Central Saint Martins (2015), y por otro su estancia del programa para artistas emergentes en
el Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York (2018), ambos atravesados como por el corte de una cuchilla sus desplazamientos diarios en metro por esas ciudades. Me lo imagino como si una mañana ella cogiese el Underground en King´s Cross y minutos después se bajase en el Subway de Nostrand AV.
Me lo cuenta como si fuesen dos imágenes en diferentes capas del Photoshop a las que va bajando los porcentajes de opacidad hasta que finalmente forman una común, desde un pasado hacia un futuro, dejando resto a cada paso del encuentro fantasma. Al escucharla puedo entender que lo especial de sus imágenes es tanto lo que hay en ellas, como todo lo que las circunscribe, aquello a lo que no se tiene acceso visual porque es allí dónde
surgen las preguntas, residiéndolas en un espacio subjetivo, imperecedero y especulativo. Me hacen preguntarme ¿Cuándo hiciste la foto? ¿Cómo llegaste a ese lugar?¿Quiénes son las personas que retratas? ¿Qué relación te une a ellas? ¿Por qué eliges esa imagen y no otra?. Todas las imágenes que utiliza están hechas de vivencias y necesitan ser activadas de su mano en el espectador, no sólo esta en un sentido simbólico sino también como el puente de unión del contacto entre la mano y la cámara, haciendo viajar las
imágenes a través del tiempo y el espacio. Me resulta curioso que casi siempre que se habla del arte de la fotografía se le da importancia a la mirada, al ojo. Yo prefiero pensar en la valentía de la mano de la fotógrafa, el acto de presionar el botón en un momento concreto para decidir capturarlo en imagen. Tengo más preguntas: ¿Cómo sujetas la cámara cuando fotografías? ¿Con qué dedo aprietas el disparador?.
En una de las fotografías expuesta en la galería puedo aproximarme a las respuestas. Se trata de un autorretrato en dónde se la ve reflejada en un espejo, en el destello no sólo se muestra a sí misma sino que también deja ver lo que parece el interior de un “FetishLab”. ¿Realidad o ficción? ¿Casualidad o premeditación? ¿A qué lado del espejo te sitúas?. Y dime Helena, si me tuvieses que apuntar con el filo de un puñal, ¿De qué manera se
colocarían tus manos para agarrar el arma?.
Karlos Martinez Bordoy
Nada más terminar de escribir el texto el 29-7-2019 en Barcelona, me rebané parte del dedo pulgar de la mano izquierda con un cuchillo afilado. Tuve que ir a urgencias.
![]() |
en Facebook esta exposición | comparte en Twitter esta exposición | Como llegar |
|
TODAS LAS EXPOSICIONES DE ESTE ESPACIO
|