La muestra " 170 Aniversario" se realiza para recordar y poner en valor la figura de  Ángel Lizcano. Nuestro pintor llega a Madrid a la edad de 7 años. Con catorce empieza a estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Realizó copias del Museo del Prado, Goya, Velázquez, Murillo. El Rey Amadeo de Saboya le compra un cuadro en la Exposición Nacional de 1871. Obtuvo cuatro medallas en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes (1876, 1878, 1881, 1887), también participó en la Exposición Universal de Paris de 1878.

Esta exposición recoge una  notable muestra de la trayectoria artística de Ángel Lizcano, en total son 15 obras, de las cuales hay grandes obras como "El Merendero del Burgalés" de 70x130 cm, "Pastorcillos en la Cruz del Camino" de 140x80 cm, tres cuadros dedicados al Quijote en el año de Cervantes "Don Quijote pinchando los cueros de vino" 60x90, "Don Quijote velando armas" 60x90 cm y "La Cueva de Medrano" de 60x90 cm. También una tauromaquia "Escapando del toro" de 66x100 cm, "El Embozado o Motín de Esquilache" de 81x65. Son algunas de las obras que podemos contemplar en dicha exposición.

Hay obra suya, entre otras, en las siguientes instituciones: Museo del Prado,   Museo Carmen Thyssen, Museo de Asturias, Museo de Bellas Artes de Sevilla, Museo de Jaén, Museo de Bilbao, Fundación Gregorio Prieto, Museo Municipal de Alcázar de San Juan, Museo de Ciudad Real, Museo de La Coruña, Museo de Pontevedra, Museo del Traje, Museo de Oviedo.      

ÁNGEL LIZCANO VUELVE A CASA

El pintor Lizcano ha vuelto entre nosotros. Como un hijo pródigo, pero no sin fortuna, no harapiento, no en las últimas. Ha regresado dentro de sus obras, alma de ellas.

Que pintó escenas del Quijote, nadie se hubiera atrevido a negarlo. Su libro de cabecera eran las aventuras del caballero de la Triste Figura, además de ser la obra su sueño de pintor como afirmó en una entrevista.  

 Del Quijote, en una edición completa por tomos en la que participaron muchos ilustradores de renombre, de su autoría solamente figura el grabado del famoso lienzo “Cervantes y sus modelos”. Un Quijote completo ilustrado por él, encontrarlo haría la felicidad del pretendiente buscador. Sí, en cambio, enriqueció  con sus dibujos  una edición de “El Quijote para niños”.

Entre las escenas al óleo expuestas, figuran pasajes reconocibles de la obra inmortal, “La vela de armas”, “Los pellejos de vino”,  “La cueva de Medrano”, lienzos extraordinarios que probablemente llevan una eternidad sin ver la luz pública; casi con toda certeza, comprados en vida del pintor han permanecido en los patrimonios familiares de quienes los adquirieran entusiasmados.  

Así mismo, se han seleccionado para esta muestra, otras obras sobresalientes de los temas del gusto preferente del autor, como “Merendero del burgalés”, magnífico cuadro costumbrista; “El  embozado”, de perfecto estilo goyesco,  y “Escapando del toro”, escena taurina con estampa litográfica en la revista “La Lidia”. “Mar y tormenta”, es uno de los escasos trabajos suyos en que aparece el mar, y violento, tal si fuera más dificultoso su dominio que con el agua en calma. El único dibujo,  “Campesinos”, es ejemplo fiel de su colección en serie, probablemente realizada en el Retiro madrileño. En todos los lienzos, cabe la definición que de él daría el eminente crítico Lafuente Ferrari: “Dotado de condiciones únicas para la pintura…”. También el pintor Solana, al valorar a Lizcano, acertadamente lo consideró  entre los artistas de la tradición pictórica española.

Ocasión propicia como ésta no la habrá para comprar cualquier obra del catálogo. Y en la probabilidad de  realizarla, no incluyo  el Museo Lizcano de la ciudad, proyectado con euforia alcazareña largo tiempo atrás. Desde entonces, cuántas ocasiones desaprovechadas para haber ido incrementando la colección, iniciada con los cuadros que caben en una salita del museo municipal. Ay, dolor.

En fecha reciente, más que casual en encuentros inesperados, se han cumplido cuatrocientos años de la muerte del genial Cervantes. Y Ángel Lizcano, dentro de una de sus más preciadas obras -siempre dijo que su preferida-“Cervantes y sus modelos”, medalla de Plata en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1887, abre de la mano del autor del Quijote, el catálogo de la exposición: “Miguel de Cervantes: de la vida al mito” (1616-2016).                            

Santiago Ramos Plaza.