Eduardo Chillida (1924-2002) es conocido principalmente como escultor, pero, recientemente, una serie de exposiciones han mostrado al "herrero" como trabajador de otros materiales: tierra cocida, papel o fieltro, como en sus gravitaciones. Una de estas facetas, aún poco expuestas al público, es la del Chillida ilustrador de la obra de insignes escritores que encontraron en él un aliado a la hora de acompañar sus textos.

Los libros de artista o libros ilustrados de Chillida son un pequeño (en tamaño y número) pero importante aspecto en la trayectoria del artista. Fueron germen y motor de ideas y cambios en sus preocupaciones artísticas y filosóficas, que asimiló conceptualmente, incorporándolos a su trabajo posterior en diferentes materiales y técnicas a lo largo de las décadas y de forma cíclica.

El Chillida que decía "Yo no ilustro, acompaño con mi cantar", colaboró desde 1956 hasta 2000 con figuras como Jorge Guillén, Martin Heidegger, Emil Cioran, Joan Brossa, o Clara Janés. Juntos crearon bellas e íntimas obras de arte que, debido al mayor interés por sus esculturas y monumentos públicos, permanecieron en la sombra y que, incluso en la actualidad, solo salen a la luz contadas veces y en el contexto de su obra gráfica. A excepción de la exposición organizada por la Biblioteca Nacional, Los libros de artista de Chillida (2007), éstos no se habían reunido en un solo espacio. Esta modesta pero reveladora exposición mostrará un total de 31 libros y revistas, fruto de la colaboración del escultor con importantes figuras de la cultura universal.

El propósito del proyecto Más allá: libros de artista de Eduardo Chillida es, no sólo sacar a la luz una faceta menos conocida de la obra del artista, sino mostrar, mediante fotografías, cartas y otros documentos, hasta qué punto estos intercambios conmocionaron artística y filosóficamente al escultor. Chillida, profundamente reverente y receptivo, siempre estuvo "abierto al otro" y en busca de conexiones, que encontraba en los versos de un vallisoletano de tendencia mística, amigo de por vida, o en las líneas repletas de escepticismo de un filósofo rumano, al que apreciaba en su radical antítesis.

La exposición pone en contexto estos diálogos y resalta la naturaleza de cada colaboración, generalmente resultante en amistades inspiradoras y duraderas, iniciadas en su mayoría debido a una admiración estética o intelectual recíproca. En ocasiones, la relación nacía de la idolatría compartida a un tercer maestro, como a Brancusi en el caso de la escritora Clara Janés o a Bach en el del editor Edouard Weiss.

Otras veces, las palabras utilizadas por los escritores en sus textos calaban de forma tan determinante en el escultor, que las asimilaba en su discurso e inspiraban, como en el caso del verso "lo profundo es el aire" de Jorge Guillén, una serie homónima de obras en papel, granito, ala-bastro, hierro, o monumentos de gran escala.Las ediciones bibliófilas de obras como Die Kunst und der Raum (1969) de Martin Heidegger, La me-moire et la main (1986) de Edmond Jabés, Cántigas de alén (1996) de José Ángel Valente, o Aromas (2000) del propio escultor, por nombrar solo algunas, estarán presentes en la exposición gracias al generoso préstamo de un coleccionista particular y contextualizadas con documentos y obras cedi-das por el Museo Chillida-Leku.

El catálogo, profusamente ilustrado, cuenta con el ensayo inédito, Entre la imagen y la palabra, la escultura y la música: Chillida en busca del aire profundo, de Ana María Rabe. Especialista en las fuentes de inspiración de Chillida, la autora ha identificado en numerosos estudios los encuentros e intercambios que provocaron cambios o sinergias decisivas en el pensamiento del artista. Además de dicho ensayo, el catálogo incluirá todas las obras en exposición acompañadas por fotografías, cartas y otros documentos que las contextualizan, y una breve antología de textos escritos por Chilli-da sobre o para estos escritores y viceversa.

El proyecto Más allá: libros de artista de Eduardo Chillida quiere dejar constancia de la fascinación con la que el artista abordó estas colaboraciones, un proceso especial, lento, pero de tremenda serie-dad y reverencia, con consecuencias determinantes en su producción artística y en su pensamiento.