La pintura de Miguel Ángel siempre se ha caracterizado por el amor a esta tierra (la suya); esto le ha llevado a realizar una pintura cercana al impresionismo y, últimamente, al expresionismo. Sus obras casi siempre están inspiradas en el paisaje y el alma de esta Castilla y, en muchos casos, de nuestro Burgos.
La pintura y el arte en general el autor lo concibe como la expresión de un sentimiento; como la visión sensible de emociones internas y del mundo que nos rodea, real o imaginario, cuyo fin es lo sublime y lo bello.
Esta pintura no requiere ningún tipo de explicación ni justificación; es pintura para ver y sentir, pintura que se recrea en sus innumerables escritos, “Pintando Castilla”, creados por el autor, donde con pluma o pincel, o viceversa, quiere mostrar este insólito y bello paisaje: “…al lado del camino, las piedras soñaban con viejas historias, entre cardos con aire de grandeza, ilusiones eternas teñidas de azul, como el cielo de Castilla…”. O bien se recrea y desentraña la riqueza etérea en esa herencia recibida: “…La herencia vestida con pardos adobes, donde se recreó la vida, en siglos de esperanza, mezcla de barro y paja, pardo y gris, azul y violeta, luz y sombra, Castilla eterna, siempre Castilla…”.
Miguel Ángel Velasco nos describe esta maravillosa tierra de Castilla, donde el color, pardo y monótono en muchos casos, es sólo su ropaje exterior, pero su alma se asoma, a veces, en forma de escritos, pergaminos, cartas que no se enviaron, prensa no siempre leída, eterna historia que sigue fluyendo en nuestra tierra, de la que el autor piensa que “su alma es tan profunda y grande que debería escribirse con pinceles”.
Entidad organizadora: Instituto Municipal de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Burgos