El trabajo de Concha Martínez Montalvo trata de conservar y denunciar, dando la palabra a voces que ya quedaron mudas, a mujeres desconocidas, y sus obras van más allá de la figuración de una realidad, tienen la voluntad de “guardar la memoria”, de un lado del propio acto de creación y de sus procesos: preparación, elaboración, manufacturar en el sentido amplio de la construcción de la obra de Arte; y por otro lado abordando metafóricamente los testimonios blancos, puros e inmaculados, de la indefensión de muchas mujeres.[…]
La exposición realizada con esculturas de porcelana se divide en varios espacios, en la sala I un video nos introduce a “He vivido muchas vidas y ninguna te pertenece”, donde con toda una serie de torsos mutilados nos evoca la idea de identidad […]
En la sala II, dos instalaciones de enorme lirismo, “La voz de las ausentes”, bocas de porcelana que proclaman lo que les ha sucedido a algunas mujeres; por otro lado la propuesta “Novia-Niña, Niña-Novia”, denuncia de la situación de las niñas que son obligadas a casarse contra su voluntad. […] La muestra a modo de epílogo y de “hilo de la memoria” se sigue desgranando en un video en la soledad de la bodega, de las tinajas vacías, que marcan las ausencias,… hacen entrar en la memoria de las niñas que fueron, golpeadas por el patriarcado, y donde nos hace vivir una subjetividad desde el presente.
Juan García Sandoval
Crítico de Arte, museólogo y comisario de la muestra
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