Desde un punto de vista formal, “Noches de un perro” es un proyecto interdisciplinar que se desarrolla en distintas modalidades como la fotografía, el dibujo, el video de animación, la pintura, las técnicas de estampación, la poesía visual, libros de artista, etc. Estos medios no se muestran en estado puro, sino que a su vez, aparecen contaminados unos por otros en las distintas obras, diluyendo sus límites y constituyendo un “todo” en el que las diferentes obras tratan sobre una misma idea central.
En cuanto a la idea principal, el elemento “perro” (ya sea imagen o palabra) surge como metáfora a través de la cual se proyectan diversas ideas que se debaten entre lo emocional y lo racional. Estas no se muestran cerradas de un modo estricto, sino que con un sentido poético (y partiendo de lo animal) se pretende “reflexionar” e invitar a reflexionar sobre unos conceptos que parecen ser similares, ambiguos, complementarios e incluso diametralmente opuestos, pero contenidos en un mismo cuerpo.
Así la palabra “perro” y su imagen dentro de este proyecto, adquiere significados que pueden representar distintas situaciones, estados emocionales, etc, provocando también una reflexión y uso de las connotaciones que conlleva dicho animal.
El perro es, en definitiva, esa parte de nosotros que se escapa a la lógica y la razón; esa parte que unas veces se muestra tierna y otras cruel y oscura.
De este modo, predomina en las distintas obras un carácter misterioso, melancólico, distante, contradictorio, frágil, cotidiano, inocente, oscuro, incluso irónico (y con cierto humor en ocasiones). Un sentido que se mueve entre lo animal y humano.
Antecedente y material de partida:
La mayor parte de las obras con las se da forma a este proyecto tienen un mismo punto de partida: Surgen a partir de un encuentro fortuito del autor con un perro. En esos momentos se realizaron dos grabaciones en video de 13 minutos de duración (aprox.) cada una. Ambas están tomadas de noche, en una fecha similar y con un intervalo de un año entre ellas. En ellas aparece un perro en un descampado. Los movimientos del perro son seguidos por la cámara, interrelacionándose ambos, acercándose y alejándose, fragmentándose y perdiéndose en la oscuridad de la lejanía...
Aunque no aparece en la exposición, este material es y ha sido fundamental en el desarrollo del proyecto, ya que la idea de trabajar con la metáfora del perro surge al percibir, relacionar y provocar la confluencia entre tres factores principalmente: una situación emotiva o anímica personal, un espacio creativo y un hecho casual: el encuentro con un perro (del que parten estas grabaciones iniciales).
El proyecto comienza aproximadamente a partir del año 2003 (tras el 2º encuentro mencionado). Desde entonces, se ha ido desarrollando paralelamente a otros proyectos del autor, permaneciendo inédito hasta la fecha.