Comencé a trabajar en la serie Selección Natural en el año 2008 a modo de homenaje a los descubrimientos de Charles Darwin, así como también, a modo de ironía sobre las inevitables conclusiones que se derivan de los mismos.

Siempre me he preguntado cómo es posible que, si todas las especies se modifican gracias a su adaptación al medio a lo largo del tiempo, pretenda el ser humano, que sea el medio el que se adapte a sus necesidades.

Los primeros trabajos de esta serie representaban precisamente esto, naturaleza modificada. Árboles cuyas ramas acaban en lápices, naranjas que pueden ser abiertas con tapones de rosca u ovejas cuya lana viene ya estampada en diversos colores.

Más adelante, comencé a introducir el retrato en las obras de esta serie, especialmente sobre animales no humanos, a menudo primates. Prácticamente todas las obras de esta serie de retratos aparecen enmarcadas en estilo barroco y recargado, con el propósito de producir un efecto similar al que podríamos percibir al visitar una galería de personajes ilustres de nuestra propia especie.

La finalidad última de estas obras es la de reconsiderar nuestros estándares y concepciones sobre el ser humano, a través de usar y representar imágenes que tenemos cultural y socialmente establecidas, en contextos diferentes. También, y no menos importante, considero el hecho de permitirnos reír e ironizar sobre nosotros mismos y nuestros estándares, como especie que, al fin y al cabo, hemos creado nosotros mismos y, sin duda, recordarnos que también nosotros somos una especie animal.

En mi opinión, si ya es curioso que nuestra especie haya tardado tanto en descubrir que nosotros mismos somos una especie animal más de todas las incontables que han poblado el planeta, aún es más curioso que aparentemente se nos haya olvidado tan pronto, a juzgar por el modo en que tratamos al resto de nuestra gran familia y nuestro propio hogar.

                                                                                                                                   Daniel Sueiras