Verónica Ruth Frías expone en Castellón un proyecto que reúne vídeos de performances en las que busca reivindicar el papel femenino en la historia y la espiritualidad, para lo cual recrea pasajes de la Biblia sustituyendo a sus personajes principales por mujeres.

En esta muestra, impulsada por la Diputación de Castellón y comisariada por el equipo artístico de MARTE, la artista aborda problemáticas de género mediante la interpretación de escenas como la resurrección de Cristo o la última cena, cuyas narrativas cambian al modificarse al femenino: la mujer no sustituye simplemente al hombre, sino que introduce nuevos roles.

Verónica Ruth Frías ha presentado sus performances en exposiciones nacionales e internacionales, y en 2018 organizó en ARCO la acción participativa “I’m a woman” en la que implicó a una treintena de mujeres vinculadas al mundo del arte.

La muestra se complementa con la celebración de un curso de comisariado dirigido por Avelino Sala y Fernando Gómez de la Cuesta que busca explorar las prácticas curatoriales contemporáneas y revelar el proceso que precede a una exposición.

La artista cordobesa Verónica Ruth Frías presenta en Castellón la exposición 153 cm sobre el mar, un proyecto que busca una reflexión sobre la representación de la mujer en la historia y específicamente en la religión mediante la recreación de escenas de la Biblia que son protagonizadas esta vez por mujeres.

A través de este trabajo la artista quiere llamar la atención sobre el papel al que han sido desplazadas las mujeres en las narraciones que conforman nuestra visión de la historia, la cultura, la sociedad, y en este caso en concreto también la espiritualidad y la trascendencia. La Biblia, el libro más ampliamente distribuido de la historia, cuyas enseñanzas siguen millones de fieles en todo el mundo, relega a la mujer a una anécdota. Buscando romper este rol y lograr el reconocimiento de su papel histórico Verónica Frías sitúa en sus obras a la mujer como protagonista de los textos sagrados, y se pregunta así qué cambiaría si el hijo de Dios que vino a salvar el mundo de sus pecados fuera de sexo femenino.

La última cena, la multiplicación de los panes y los peces o el momento en el que Jesús camina sobre las aguas son algunas de las escenas que la artista recrea a través de performances registradas en vídeo. La sustitución de los personajes masculinos por mujeres provoca cambios en la narración: La última cena comienza como un tableau vivant en el que las participantes, en este caso artistas y creadoras del entorno de la autora, posan estáticas recreando el cuadro de Leonardo da Vinci. Esta calma se ve interrumpida con la aparición de los hijos de las participantes, que comen, hablan, miran. Las protagonistas abandonan entonces su inmovilidad para volcarse en los niños. Con esta representación la artista rompe con la iconografía clásica, pero además en esta recreación la mujer no sustituye simplemente al hombre, sino que introduce un nuevo rol de escucha mutua y cuidados.

Las performances de Frías quieren además ofrecernos modelos o referentes femeninos que históricamente han sido mayoritariamente ostentados por hombres. De esta manera la artista sitúa a la mujer como artífice de milagros, multiplicando los panes o caminando sobre las aguas.