Joan Fontcuberta y Alberto García-Alix en la Colección Fundación Caja Mediterráneo
No es que la ficción y la realidad sean términos contrapuestos, sino que la ficción es un modo, un instrumento para articular un determinado modelo de lo real, reflexiona Joan Fontcuberta. Ficción que nos propone Fontcuberta enfrentada a la realidad que construye García-Alix. Memoria y ambigüedad que están presentes en la obra de estos dos artistas tan dispares, tan opuestos en su modo de entender la fotografía que parecen alcanzar las mismas cotas de veracidad y mentira. Un valor documental que se otorga a las imágenes que conforman este pequeño conjunto salido de la noche.
La fotografía en blanco y negro es una técnica clásica pero tan difícil que solo se descubre a través de los grandes fotógrafos. No en vano fueron premiados con el Premio Nacional de Fotografía de 1998 y 1999.
Joan Fontcuberta (Barcelona, 1955)
Artista multidisciplinar, práctico y teórico, Font-cuberta reflexiona en su obra sobre temas de repre-sentación, conocimiento, memoria, ambigüedad y trompe l’oeil, explorando el valor documental y la narrativa de la imagen fotográfica que le valieron el Premio Nacional de Fotografía en 1998.Las imágenes de Semiópolis, son fotografías de las páginas en braille de grandes obras de la literatura universal que se convierten, mediante el contraluz y la perspectiva fotográfica, en paisajes nocturnos de horizontes ondulantes. La escritura braille está dotada de gran plasticidad que no perciben los invidentes, y los que pueden verla paradójicamente, no pueden entender su significado. El cambio de escala y la iluminación convierte, tramposamente, lo foto-grafiado en una verdad de una belleza deslumbrante.
Alberto García-Alix (León, 1956)
Es uno de los fotógrafos más representativos de la escena artística española de las últimas décadas. De formación autodidacta, sus padres le regalaron su primera cámara en Navidades de 1975. Desde entonces, García-Alix decide fotografiar “todo lo que nos pasa”. Premio Nacional de Fotografía en 1999, su trabajo constituye un documento de los cambios sociales y culturales experimentados desde los años ochenta en España, a partir de una óptica autobiográfica y opuesta a los estereotipos. Personaje inquieto, frecuenta tanto en Madrid como en Barcelona la eferves-cencia de las noches urbanas, alentadas por el entu-siasmo imparable de los ochenta. Las fotografías de García-Alix retratan su entorno más inmediato, amigos, personajes de la época y paisajes de su vida, a veces con gran crudeza e intensidad emocional. Un rasgo que marca profundamente toda su trayectoria.
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